Freen Sarocha, hija de uno de los narcotraficantes mas buscados de thailandia, se ve obligada a encabezar la organización luego de la captura de su padre; el destino pondrá en su camino a una estudiante de ultimo semestre de derecho, Rebecca Armstro...
Muy en contra de mi voluntad me había presentado para la exposición, después de todo, que es lo peor que podía pasar?, vestí lo menos llamativo posible para evitar que la atención se centrara en mi y el tiempo se adelantó a cuando Soph y yo éramos las siguientes en pasar
-odio esto- me queje haciendo reír a mi amiga que ya preparaba la presentación
Sophie empezó a hablar,como siempre, perfectamente normal y confiada, virtudes que a mi me faltaban particularmente en momentos como este; terminó su parte y me hizo una seña que indicaba que era mi turno de hablar
Un minuto de silencio que para mi fue una hora, las palabras simplemente no salían de mi boca, y a pesar de que el salón se encontraba oscuro y no podía ver del todo a la gente, solo podía imaginar la cara de extrañeza de todos ellos
Inesperadamente la puerta del aula se abrió, dándome la oportunidad de respirar ya que al parecer había olvidado hacerlo, y dos caras reconocidas se asomaron sigilosamente cerrando la puerta luego de pasar y ocupar los puestos de en frente
-Disculpe la interrupción maestra, será posible que la presentación vuelva a iniciar? No me la quiero perder- habló la voz masculina
-Claro, si a sus compañeras no les molesta- respondió tranquila
-Por supuesto que no- afirmó Soph con cierto alivio en su voz
Y así fue, Soph inició otra vez mientras yo trataba de procesar lo que acababa de pasar, Rebecca me miraba de tal forma que me tranquilizó casi por completo y entonces, cuando Soph me lo indicó, empecé a hablar, sin tartamudeos ni lagunas, viendo sus ojos color miel como si fueran los únicos del lugar y ni siquiera noté cuando la presentación llegó a su fin. Respiré de nuevo y mis labios formaron un gracias mientras la pelirroja alzaba sus pulgares indicándonos que todo había salido bien.
*la noche anterior*
Pov Beck:
Ya estaba preparada para dormir, Milo llevaba un par de horas de haberse ido a la cama y yo me quedé alistándome para el día siguiente, mi teléfono empezó a vibrar sobre la cama mostrándome el nombre de la chica pelinegra de quien prácticamente había escapado. No respondí, ¿para qué?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No sabía si era una orden o una petición, de cualquier forma no quería hablar con ella; mi teléfono vibró otra vez, de nuevo lo ignoré
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.