"Intrigas de Sangre: Amor, Lealtad y Rivalidad en la Corte Real"

¿Quién eres tú?

Sophie estaba cepillando su cabello cuando la reina irrumpió de improviso, haciéndola saltar de sorpresa.

Reina: Debes prepararte. No puedes permanecer encerrada. Ya ha pasado una semana, la gente comenzará a sospechar. Raquel solía salir constantemente.

Sophie: Yo no soy como ella. - Exhaló con desdén.

Reina: Entonces tendrás que adaptarte. Recuerda que tu antigua vida aquí no tiene relevancia. Hazte de amigos o lo que sea necesario.

Sophie: ¿Ella tenía amigos?

Reina: Sí, pero para ser sincera, no me agradaban mucho. Eran personas sin ocupación alguna, simplemente la influenciaban para hacer tonterías. Así que, si puedes cambiarlos, no dudes en hacerlo. ¿Entendido?

La chica asintió, luego comenzó a prepararse para salir a ese paseo que no le interesaba en lo más mínimo.

Eloise surgió de repente, provocando que Sophie diera un brinco de sorpresa.

Eloise: ¡Hola, Raquel! Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos. - Sonrió con entusiasmo.

Sophie: Sí, he estado un poco indispueta estos días.

Eloise: ¡Oh, vaya! ¿Qué te ha sucedido? Si no te importa compartirlo, claro está.

Sophie: Estoy bien, no te preocupes. - Rió suavemente. - Solo estaba algo reflexiva, pero ahora me siento mucho mejor, con las ideas más claras.

Eloise: Eso es genial. Siempre es beneficioso alejarse un poco de este mundo tan agobiante, ¿no crees?

Sophie: En efecto. - Desvió la mirada. - Oh, ahí está Benedict.

El chico pasó de largo, decidiendo ignorarla.

¿Qué le habrá pasado ahora? Pensó Sophie, desconcertada por lo ocurrido.

¿Acaso se había olvidado de nuestra conversación de hace una semana?

Sophie optó por seguirlo discretamente, intrigada por su comportamiento repentino. Manteniendo una distancia prudente, observó cómo Benedict se alejaba apresuradamente, con la mirada fija en el horizonte. Intrigada, Sophie continuó siguiéndolo, tratando de discernir qué podría estar pasando por su mente.

Sophie: ¿Qué está ocurriendo? - consiguió retenerlo en un sitio donde ningún observador pudiera detectarlos.

Benedict: ¡Vaya, has reaparecido después de tanto tiempo! Creí que te habías arrepentido de nuestra conversación aquella noche.

Sophie: De ninguna manera, solo estaba confrontando todos mis demonios. - Sonrió.

Benedict: Bien, me alegra que te sientas mejor, pero debo recordarte que es esencial que nadie nos vea conversando, ¿no crees?

Sophie: ¿Por qué? ¿Acaso afectaría tu reputación?

Benedict: No exactamente, pero es preferible así. Créeme, la gente es muy dada a los chismes y podrían empezar a especular sobre asuntos que no tienen relevancia.

Sophie: Entiendo, por supuesto. - Su expresión se ensombreció ligeramente.

Benedict: Será mejor que nos veamos con poca frecuencia y en lugares donde estemos solos.