"Intrigas de Sangre: Amor, Lealtad y Rivalidad en la Corte Real"

Matrimonio arreglado

Sophie: "Benedict... quiero que seas mi esposo."

Las palabras resonaron en la habitación, llenándola de un silencio momentáneo que fue roto por un suspiro colectivo de alivio y sorpresa. Benedict miró a Sophie con gratitud y asombro, sus ojos brillando con una mezcla de emociones difíciles de describir.

Benedict: "Sophie... estoy... honrado."

Colin, por su parte, se acercó a abrazar a su hermano con una sonrisa sincera, compartiendo el alivio y la alegría por la decisión tomada.

Reina: "Entonces está decidido. Felicidades a ambos."

Las semanas transcurrieron en un torbellino de actividades y preparativos para la boda. La corte estaba llena de murmullos y expectativas, y mientras la Reina organizaba cada detalle, Sophie se sentía cada vez más atrapada en una red de responsabilidades que la sobrepasaba. El vestido, las flores, las invitaciones... cada decisión parecía un recordatorio de que su vida estaba a punto de cambiar de manera irrevocable.

A pesar de los aplausos y las felicitaciones que recibía, una sombra de duda la seguía a cada paso. Cada vez que se encontraban con Colin, sus ojos revelaban una mezcla de orgullo y un profundo anhelo. Sophie sabía que su decisión también había impactado a su amigo, y ese peso la acompañaba constantemente.

Una noche, después de un largo día de preparativos, Sophie se escapó al jardín del palacio. La luna iluminaba el paisaje con un brillo suave, y el aire fresco le brindó un momento de paz. Se sentó en un banco, dejando que el silencio la envolviera, pero los pensamientos seguían asaltándola.

Benedict la encontró allí, con la mirada perdida en el horizonte. Se acercó y se sentó a su lado, percibiendo la tensión que emanaba de ella.

Benedict: "Sophie, ¿te encuentras bien?"

Ella suspiró, consciente de que había mucho más en su corazón de lo que podía expresar.

Sophie: "No estoy segura. Todo esto... me abruma. A veces siento que me estoy perdiendo en esta situación. ¿Realmente estamos tomando la decisión correcta?"

Benedict la miró con seriedad, comprendiendo la carga que llevaba.

Benedict: "Lo que estamos haciendo no es fácil. Pero recuerda, esto no es solo una decisión para nosotros. También es por Colin, y por la estabilidad que necesita nuestro reino."

Sophie sintió una punzada en su pecho.

Sophie: "Lo sé, pero... ¿y si nunca encontramos la felicidad? ¿Y si al final esto solo nos causa dolor?"

Benedict tomó un momento para reflexionar antes de responder.

Benedict: "La felicidad no siempre es el resultado de lo que elegimos, Sophie. A veces, se encuentra en cómo enfrentamos las decisiones que tomamos. Si estamos juntos en esto, quizás podamos encontrarla en el camino."

Esa noche, mientras la luna brillaba, Sophie sintió que su corazón se abría a la posibilidad de un futuro compartido, aunque incierto. Benedict parecía ser un ancla en medio de la tormenta, y su dedicación a la familia le daba una nueva perspectiva sobre su compromiso.

Sin embargo, la realidad del compromiso no tardó en manifestarse. Durante un banquete en honor a la futura boda, la Reina se levantó para hacer un brindis. La sala se llenó de murmullos emocionados, y todos los ojos estaban puestos en Sophie y Benedict, que se sentaban juntos en la mesa principal.

Reina: "Hoy celebramos la unión de dos familias, dos corazones que, aunque no se han enamorado de manera tradicional, han decidido unirse por el bien de nuestro reino. ¡Por Sophie y Benedict!"