Tras el campamento de entrenamiento y el reencuentro con una amiga del pasado del que estaba enamorado y a la que ayudó con su relación con otro chico, Kuroo regresa a su hogar con el corazón roto, pensando que ha perdido su oportunidad de estar con...
Las puertas hacia las nacionales estaban cada vez más cercas y mañana al fin se sabría que equipos representarían a Tokio en el gran Gimnasio metropolitano de la ciudad.
Los chicos estaban nerviosos por aquellas batallas que se darían y más teniendo en cuenta que sus primeros rivales serían los chicos del Fukurodani, dónde el carismático Bokuto jugaba.
Si que son buenos- comenté mientras veía el vídeo que Kuroo me había puesto en su móvil, ambos estábamos en mi habitación preparando las últimas cosas para el día siguiente, el entrenador había mandado a los chicos a descansar para que rindieran bien al día siguiente, por lo que el muchacho decidió acompañarme a casa y pasar algo de la tarde conmigo.
Bokuto puede ser un poco raro a veces, pero cuando se trata de vóley es una auténtica pasada- comentó el chico sobre su amigo, suspiró y se dejó caer sobre mis piernas, acostándose.
Puse mi mano sobre su cabello revuelto y lo acaricié.
Ya verás que les ganáis.- comenté sonriente, el me observó.
Adoro cuando sonríes así- dijo de repente, sorprendiéndome.
S-siempre me pillas desprevenida con esa clase de comentarios- comenté apartando la mirada.
Es que me gusta verte sonrojada- rio el chico.
O-oye- cambié de tema para ocultar mi rojez- He escuchado a los chicos hablar sobre una tal batalla en el basurero, ¿Eso es contra el Fukurodani?
Nope- el chico se sentó de nuevo, junto a mi.- ¿Recuerdas a los chicos del Karasuno?- asentí- Pues sería el partido contra ellos.
Me explicó el por qué de las ganas de que ese partido sucediera.
Vaya, pues seguro que ocurre- cerré el puño en modo de ánimo- y seguro que ganáis a esos cuervos.
Kuroo rio de nuevo.
Lo haremos lo mejor posible, no te defraudaré.- dijo rodeándome con sus brazos.
Tu nunca me defraudarías- correspondí al gesto.
No se cuantas veces te lo he dicho ya, pero creo que no son suficientes- besó tiernamente mis labios- eres perfecta ____, te adoro.
Tu también eres perfecto Tetsurou- esta vez fui yo quien lo besó con ternura.
Continuamos un rato viendo videos de los otros equipos sentados en mi cama.
¿Vamos a por algo de merendar?- preguntó el chico tras dejar el móvil sobre la cama y recostarse- Quiero despejar algo más la mente.