Noche en Barcelona

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En el bullicioso backstage del concierto de Operación Triunfo, Juanjo observa con admiración mientras Martin se prepara para su actuación de pole dance. Los focos iluminan el escenario.

Cuando Martin se agarra de la barra de pole dance y comienza a deslizarse con gracia, Juanjo siente cómo un escalofrío recorre su espalda. Cada movimiento de Martin parece fluir con una sensualidad innata, y cuando se restriega suavemente contra la barra, la atmósfera se carga de electricidad.

Juanjo se muerde ligeramente el labio inferior, incapaz de apartar la mirada de la figura de su amado. Siente un calor difuso extendiéndose por todo su cuerpo, una mezcla de deseo y orgullo que lo deja sin aliento.

La visión de Martin en la barra de pole dance es hipnótica, y Juanjo se encuentra completamente absorto en el momento, como si estuviera presenciando algo sagrado y profano al mismo tiempo. Cada movimiento de Martin es una invitación tentadora, una promesa de pasión y entrega que lo cautiva por completo.

Y cuando finalmente Martin baja del escenario, con una sonrisa pícara en los labios, Juanjo no puede evitar sentirse abrumado por la intensidad del momento. Se acerca a Martin con paso firme, su corazón latiendo con fuerza en su pecho, listo para envolverlo en un abrazo lleno de pasión y admiración.

Juanjo se acerca a Martin con una energía palpable, su excitación apenas contenida por la actuación impactante que acaba de presenciar. Sin preocuparse por quién pueda verlos, lo abraza con pasión, dejando que sus manos se deslicen con descaro por su espalda hasta llegar a su trasero, apretándolo con firmeza.

Con voz ronca y sensual, Juanjo susurra al oído de Martin palabras cargadas de deseo y admiración

-Eres increíble,amor. Me has dejado sin aliento. Quiero sentirte cerca, ahora mismo, aquí mismo. Eres mi fuego, mi tentación. No puedo resistirme a ti.

Sus labios rozan la piel de Martin con suavidad, enviando escalofríos por su espalda mientras se entregan al calor del momento.

El rubor tiñe las mejillas de Martin al sentir el ardor de las palabras de Juanjo y el roce de sus labios en su piel. Con una mirada cargada de deseo.

Martin responde con voz suave pero llena de sensualidad

-Do,pero no me mires así,que no puedo resistirme a tus caricias, a tus palabras.

Sus palabras envuelven a Juanjo en un torbellino de emociones, alimentando el fuego de su pasión compartida mientras se sumergen juntos en el éxtasis del momento.

Después del vibrante concierto de Operación Triunfo, Juanjo y Martin se unen al resto de los integrantes del espectáculo para tomar un autobús que los llevará de regreso al hotel. La energía del grupo sigue siendo contagiosa, y todos comparten risas y anécdotas mientras se acomodan en sus asientos.
Juanjo y Martin encuentran un lugar juntos en la parte media del autobús, donde pueden estar cerca el uno del otro. La atmósfera es festiva, y el bullicio de las conversaciones llenas de emoción llena el aire. A pesar de estar rodeados de gente, Juanjo y Martin encuentran momentos para intercambiar miradas cómplices y sonrisas furtivas, recordando juntos los momentos destacados del concierto.

Mientras el autobús avanza por las calles iluminadas por la noche, la ciudad se desliza ante ellos como un telón de fondo en constante cambio. Juanjo y Martin se aferran el uno al otro, compartiendo el calor de su amor en medio del bullicio del grupo. Aunque están rodeados de gente, se sienten como si estuvieran en su propio mundo, donde solo importa la conexión especial que comparten.

A medida que el autobús se acerca al hotel, la emoción del día comienza a disminuir lentamente, dejando espacio para una sensación de paz y satisfacción.

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