Poca Resistencia

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Juanjo y Martin se encuentran en un animado bar, disfrutando de una noche juntos. Martin, no acostumbrado a beber, ha tomado más de la cuenta y comienza a mostrar signos de embriaguez. Está hablando con entusiasmo, diciendo cosas divertidas que hacen reír a los que están cerca.

-Martin, creo que has tenido suficiente. ¿Por qué no vamos a casa?-preocupado

-¡Pero Juanjo, estoy teniendo el mejor momento de mi vida! ¡No quiero irme todavía!-sonrio de manera floja,notando lo suelto que estaba por el alcohol

Juanjo asiente, tratando de no reírse de las ocurrencias de Martin, pero preocupado por su bienestar.

-Lo entiendo, amor, pero creo que es mejor si vamos a casa. No quieres sentirte mal mañana.-hablo con calma

Martin acepta a regañadientes, confiando en el juicio de Juanjo y permitiéndole llevarlo a casa.

Juanjo sostiene a Martin, cuyo equilibrio tambaleante revela su estado de embriaguez. Tratan de caminar juntos por la calle, pero Martin tropieza con cada paso.

-¡Vaya, creo que estoy como borracho!-seguia riendo

Juanjo se esfuerza por contener una sonrisa, preocupado por la seguridad de Martin.

-Sí, lo estás amor. Pero vamos, casi llegamos a casa.

Finalmente llegan a su apartamento, donde Juanjo ayuda a Martin a sentarse en el sofá.

-Descansa aquí, Martin. Te traeré un poco de agua y algo de comida para ayudarte a sentirte mejor.

Martin asiente, agradecido por la preocupación de Juanjo, y cierra los ojos, dejándose llevar por el sueño.

.....

La luz del sol se cuela por las cortinas entreabiertas, iluminando la habitación donde Martin yace en el sofá, con los ojos entreabiertos y una expresión de malestar en su rostro. La resaca le golpea con fuerza, y se lleva una mano a la cabeza, sintiendo el dolor palpitante.

-Oh, vaya... esto no se siente bien.-gimio

Juanjo entra en la habitación con una bandeja con un vaso de agua y algunos alimentos ligeros.

-Buenos días, dormilón. ¿Cómo te sientes?-saludo con ternura

Martin levanta la cabeza con esfuerzo, una mueca de dolor en su rostro.

-Como si un tren me hubiera pasado por encima. ¿Qué pasó anoche?-su voz se escucha ronca

Juanjo sonríe comprensivamente mientras coloca la bandeja frente a Martin.

-Bueno, digamos que te divertiste mucho. Bebiste más de la cuenta y nos reímos mucho de las cosas que decias.-bromeo

Martin toma el vaso de agua agradecido y bebe un sorbo largo, sintiendo el alivio momentáneo que le proporciona.

-Lo siento si fui un fastidio anoche.-sonrio debilmente

Juanjo se sentó  a su lado

-No te preocupes por eso, Martin. Estoy aquí para cuidarte.

Juanjo le pasa una mano reconfortante por la espalda de Martín, transmitiendo su apoyo y preocupación.

-Además, tus ocurrencias fueron bastante entretenidas. Creo que tendrás muchas historias que contar cuando te recuperes.-bromeo

Martín sonríe débilmente, agradecido por el apoyo de Juanjo en su momento de debilidad.

-Gracias, Juanjo. Eres el mejor.-sonrió con cariño

Lo Que Somos  JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora