🐰(06)

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Un año. Había pasado un año de conocer a la persona más tierna que he encontrado en este mundo y aún me parece increíble como murió en mis brazos en un instante que... No pude prevenir.

Un año que me costó mostrar una sonrisa para culminar el papeleo de mi carrera. Fue lo que pude hacer cuando luego de volver a la universidad por mis últimos días de clases, Kim Dahyun no dejaba de decirme y recalcar que era una asesina delante de todos.

Lo dijo tantas veces que llegué a creerlo, pero Sana había dejado claro que Myoui Mina había muerto por otro motivo, e incluso que su muerte era un misterio cuando los doctores habían previsto que no iba a morir ese día.

Lo uno o lo otro, no iba a regresarla a la vida.

Momo había desaparecido desde aquel día también y jamás supe de su vida. Incluso si casa fue vendida y lo que dejaron claro los nuevos dueños es que había salido de viaje.
No es que me importara, pero quería saber más del porqué jamás me dijo lo que pasaba con Mina.

Suspiré llena de nostalgia. Lo último que tenía en mi de ella era convulsionando, dando el último aliento de vida. Y dolía tanto que eso era lo que recordaba más y no las bonitas palabras que dijo como final.

—Nayeon, ¿Vienes? —preguntó Jihyo tocando mi hombro con sutileza. Miré la hora y asentí.

Mi hora de almuerzo había llegado y aunque últimamente no tenía hambre, Jihyo me obligaba a comer aunque fuese una porción para mantener mi vida.

Tomé mi chaqueta, dejando el trabajo a medias y seguí detrás de Jihyo.

—¿A la cafetería?

—Si, debo...

—Nayeon, ¿Por qué no solo lo dejas? —reprendió, pero no con rudeza, más bien compasiva y calmada cuando llegue a su lado— Y no hablo precisamente de..., bueno, si. Claramente se nota que no la quieres.

—Jihyo.

—Pero, ¡Si es verdad! Es demasiado evidente como te ves a su lado. —alegó apuntandome con su dedo índice en mi pecho.

Mordí mi labio inferior, tragandome las maldiciones para que dejase de recordarme que esa relación era mas de costumbre que de querencia.

Yo lo sabía, pero era eso o quedarme completamente sola porque lloraba cada vez que cualquier cosa me recordaba a Myoui Mina.

—Jeonyeong no le afecta, eres tú quién sufre. —me defendí, quitando ese dedo que me señalaba. En parte era así, fue ella quien se ofreció a intentar algo conmigo cuando sabia que mis sentimientos por ella eran solo de amistad.

Por dios, casi seis años y pretendía que cambiara a algo romántico en solo un año. Imposible.

—Me preocupas, Tonta.

Lo sabía, por supuesto que lo sabía. Por lo que simplemente sonreí de boca cerrada y ella me dió un apretón de manos.

Continuamos nuestro camino, y la verdad es que la universidad no había cambiado mucho después de un año.
¿Por qué yo seguía yendo? Me oponía a dejar en el olvido aquel árbol de cerezos, además de tener cerca un lugar donde comer sin necesidad de caminar tanto o pedirla.

Una penitencia ¿Supongo? Lo cual era completamente absurdo, y lo sabía, pero quería creer que si podía llegar a cuidar ese lugar como no la llegue cuidar a ella.

—Im.

Mi ceño se frunció en el mismo instante que el chico se atravesó en mi camino. No tenía idea de quien era o si lo había visto en algún lugar.

Persistencia | Minayeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora