(🐰)15

29 7 0
                                    

No pensé que me estuviera acostumbrando a verla tan seguido.

Sus parecidos eran increíbles e incluso podría jurar que hablaba con la mismísima Myoui Mina en persona si no fuese por su nombre.

Cada día de mis citas con ella, incrementa mi deseo.

La invite a mi departamento por impulso, y no sabia que hacer. Parecía una tonta. Pero pude atenderla como se debía, y comportandome. Aunque... Mi mirada jamás se quitaba de ella.

Siempre era así.

Sus gestos, su hablar, su sonrisa... Estaba atenta a todo aunque ella no lo notará y me sentía bien cuando sus ojos me miraban cuando yo estaba distraída por cualquier cosa. Hyeju creía verme con discreción, pero yo capturada esa mirada llena de amor en mi.

Eaa mirada... Mierda. Esa mirada de la mismísima Myoui Mina.

Verla ahí de pie, con una sonrisa tímida me recordaba a ella. Tenerla tan cerca, a solo un paso de tocarla con esa mirada apenada observandome cuando me había dicho que se iba.

Mi cerebro no podía encontrar las diferencias porque eran tan similares.

Sus actitudes, su físico, sus expresiones... Mierda, eran tan... Iguales que no pude detener mis pasos para dejarla contra la pared y encerrarla entre mis brazos cuando los dejé a cada costado de su rostro.

—¿Nayeon-u-unnie? —murmuró a centímetros de mi boca, completamente roja y tímida de lo que yo deseaba hacer. Se que estaría confundida por mi acercamiento, que estaría decepcionada de mi porque solo me acerque a ella para recordar a su gemela.— Huh... Y-yo...

Cerré los párpados cuando la tenía cerca, frotando mi nariz con la suya, sintiendo su acelerada respiración quizás percibiendo su confusión.

No me importaba. Quería llenar mi vacío con ella aunque solo fuese alguien similar. No me importaba que estuviese un comportamiento obsesivo. Su mirada la delata y eso me da motivos para seguir.

—Necesito hacerlo, Myoui. —sus manos tímidamente tomaron mi cintura después de mi susurro rodeándola por completo hasta desaparecer la distancia que nos separaba. El cálido aliento chocaba contra mi boca y todo mi ser cosquilleaba porque terminara de reducir la poca distancia de nuestras bocas.

Y que ella entreabiera la boca cuando me acercaba, me di cuenta que estaba siendo injusta con alguien que quizás eran sentimientos genuinos y no algo como llenar un vacío. Era completamente injusto que la tomara como reemplazo cuando Hyeju no lo sentía así.

Aunque, a pesar que yo me alejé, Myoui me llevó suavemente contra ella otra vez, dejando caricias leves contra mi mejilla.

Podía sentir su nerviosismo, su miedo o quizás su leve valentía para hacerlo cuando tenía su cara tan roja que me haría creer que brotaría sangre de su nariz en cualquier momento. Y no se en que momento ya tenía sus labios tibios contra los míos, tímidos de moverse aunque... No tardaron en hacerlo y suplicarme que los moviera a su ritmo.
Y no pude evitar seguir ese tierno ritmo, casi tímido y nervioso.

Las sensaciones explotaron y juraría que estaba besando a la MISMÍSIMA Myoui Mina si al menos mi descuido me fuese permitido besarla aunque fuese una maldita vez. Fascinante, maravilloso... Tan encantador esa sensación de su boca tímida contra la mía. Podía notar un poco su inexperiencia, pero era lindo que intentara ocultarlo.

Pero... Tuve que alejarla cuando... Por más similitud, ella no era mi tierno pingüino... Ella era... Su gemela.

—No está bien... Tu no...

No me permitió seguir, ya que sus labios estaban sobre los míos a un ritmo más seguro, ella abriendo más su boca al tener ambas manos en mi rostro para que no me alejara otra vez.

Jadeo sobre su boca porque se sentía muy bien ese beso tierno y para nada lascivo, como si intentara transmitir lo que sentía en el mismo.

—N-no... —me aferré a su camisa, volviendola puños sobre su vientre cuando no quería detenerla, pero estaba mal y terminé alejándola por completo.— No eres Mina, tu no eres ella.

Decirle eso, para mí se sintió muy mal, pero para ella... No pareció afectarle.

Se encontraba afectada por nuestro beso, su respiración acelerada y su cara sonrojada; su mano cubriendo su rostro cuando giró y pude notar esa sonrisa tímida que siempre me muestra cuando está feliz.

No sé lo que sentí cuando lamió sus labios al bajar la mirada a sus dedos ahora unidos. Esa sensación acalorada en mi vientre bajo ¿Quizá? No lo sé, pero lo que me parecía más extraño era no ver una reacción negativa de su parte por mis palabras.

Cómo si no le importara.

—Myoui...

—Yo... Debo irme. ,—interrumpiò mis palabras. En sus facciones, a pesar de sus mejillas rojas, se veía el esfuerzo por no sonreír cuando me veía. Y por supuesto, cuando se alejó de la pared y yo estaba a poca distancia se veía que no tenía idea como irse. Su boca se abría y cerraba durante segundos hasta que terminó haciéndome una reverencia— Huh, b-buenas noches, Nayeon-unnie.

Ahora fui yo quien lamió sus labios y con ello mis dedos pasaron por los mismos como si la leve sensación de tener sus labios contra los míos no desapareciera.

Deliciosa.

Miré tanto tiempo hacia la puerta donde había salido que siquiera noté cuando Myoui lo había hecho, estaba fuera de si, pero mi emoción bajó cuando llego a mi cabeza mi verdadero pingüino.

—Minassi —murmuré con tristeza, apretando la mandíbula cuando las lágrimas se aproximaban. Sabía que estaba muerta, pero... Esa chica me hacía dudar que así lo era. Mi cuerpo insistía en dejarme llevar por lo que me causaba aún cuando era una falsa Myoui Mina.

¿Cómo podía simplemente tomarla como iguales? ¿Solo por ser gemelas? Deje incluso a Jeongyeon para persistir en algo que yo sabía que estaba mal, pero me sanaba las heridas que Myoui Mina dejó en mi.

¿Cómo podía dejarlo si esa chica me hacía sentir que estaba con la mismísima Myoui Mina?

Eso estaba mal.

_________--_________

Persistencia | Minayeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora