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Abrió sus ojos con pereza mirando fijamente el reloj en su mesita de noche, eran 6:12 de la mañana, eso significaba que debía levantarse para preparar la comida de su esposo.

—Binnie, despierta —dio besitos por el cuello de su alfa hasta que este despertó sonriendo gracias a sus mimos.

—Bebé~, ¿por qué me despertaste? —se quejó aniñadamente.

—Porque tienes que ir a trabajar —el alfa se rió y tomando las sábanas, los cubrió a ambos.

—Bebé, hoy es mi día libre —Dong Min se sintió con un tonto, lo había olvidado completamente. Con disimulo se separó y se arropó, no esperando que su esposo al ver tan apenado lo abrazara por detrás y le hiciera cosquillas para hacerlo reír un poco.

—¡Binnie! —se carcajeaba con aquellas cosquillas entre quejidos qué obviamente su pareja Joe escuchaba hasta que se rindió y quedó devastado en la cama y casi sin aire. —Así.. No..

—Tú olvidaste mi día libre y me despertaste muy temprano, bebé.

—Lo siento, la verdad si lo olvidé por completo —dijo en disculpa, pero su alfa sonriente negó y lo atrajo para abrazarlo.

—Hagamos algo —propuso —Durmamos hasta donde nuestro cuerpo quiera y más tarde, iremos a un lugar que de seguro te alegrará. —Había planeado aquello desde hace días, solo esperaba que Dong Min se emocionara tanto como él lo estaba.

—Me parece muy bien, pero antes de seguir durmiendo quiero tomar una ducha, tus cosquillas me dieron calor, Binnie.

—Vamos a tomar una ducha entonces.

Y luego se ducharse y dormir como lo habían planeado, al darse las 1 de la tarde ya no estaban en casa, sino que entrando a un centro de protección para omegas. El lugar era realmente hermoso, podía sentirse un ambiente diferente en aquel sitio y por lo que Bin y la mujer que los atendió le dijeron, su experiencia en aquel lugar sería mucho mejor de lo que se imaginó.

Entraron al salón de clases donde varias parejas esperaban por la maestra, ellos tomaron asiento y también esperaron con la expectativa sumamente alta. Ese día, habían ido a prepararse para recibir a su pequeña Minsung, una clase para papis primerizos donde les enseñaban desde como sostener a tu bebé hasta como cambiar un pañal, cada cosa que necesitaban saber sobre ese cálido abrazo de la paternidad los estaba esperando.

La clase empezó desde el momento que la maestra omega entró por aquella puerta, la experiencia fue inigualable, Bin estuvo atento en cada momento de todo lo que se les explicaba, incluso fue tierno para Dong Min el ver a su alfa aprendiendo masajes y tips para calmar su estrés. Escucharon una charla de como actuar al momento que el parto se adelantara o como papi debía reaccionar ante la llegada del bebé al mundo.

Tantos datos que necesitaban saber y que al momento de tener a su nena en brazos aplicarían, porque ser padres primerizos sin apoyo les daba miedo, no querían fallar, querían que desde el primer instante que Minsung estuviera con ellos qué la pequeña se sintiera amada y protegida, y sobre todo, bien cuidada por sus papis. Era un viaje agotador, pero emocionante sin duda.

Las horas de su primera clase pasaron volando, y luego de eso, salieron al centro comercial por algo de comida ya que el estómago de Dong Min lo exigía a gritos. Dieron una vuelta por los almacenes hasta que pararon frente a una tienda exclusiva de cosas para bebé. Bin miró los ojos de su amado brillar al ver aquellos tiernos objetos por lo que no dudó ni un minuto en arrastrarlo dentro.

—Ahora que lo pienso, Minsung no tiene preparado nada. —Era verdad, se habían concentrado más en el cuido de su salud y alimentación que olvidaron por  completo comprar cositas para la pequeña.

—Es verdad, Binnie, aun no hemos visto nada de lo que comparemos.

—Pero estamos aquí, podemos comprar lo que queramos.

—Pero no ando efectivo, ni siquiera mi tarjeta-... —el alfa interrumpió sacando su billetera y mostrándole su tarjeta de débito.

—Para algo están los ahorros, bebé, y gastaremos el dinero en nuestra chiquita.

Y aunque Dong Min no estaba convencido de usar sus ahorros en cosas para la bebé, lo cierto es que entre más mirada en la tienda, más cosas se agregaban a su lista y cuando llegaron a casa, tenía todo lo que su bebé necesitaría y no solo eso, sino también ciertos materiales para la preparación de su cuarto.

—Juntos armaremos el cuarto perfecto para la próxima princesa de este palacio —Dong Min rio dandole un besito en los labios a su alfa.

—¿Cual palacio, Binnie? Esta casa no es un palacio.

—Es un palacio, porque tú eres el príncipe que habita esta casa y mi corazón entero.

Sonrojado hasta las orejas no protestó, solo dejó que su esposo dijera cosas dulces a su oído.





Dulce Espera |🦢| BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora