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Al caer la tarde ese día, su puerta fue tocada, antes de abrir se miró al espejo y sonrió al ver su bella pancita, se había arreglado ese día ya que tendría una cita con su esposo.

Al abrir la puerta, su alfa lo sorprendió con un bello ramo de flores.

—Para el omega más bello del mundo —Dong Min besó a su castaño sintiendo su corazón palpitando muy fuerte. Estaba tan enamorado de su esposo.

—Son bellas, gracias.

—Mas bello eres tú sin duda.

—Binnie~ —se quejó, aquel hombre era un completo terrón de azúcar.

—Mejor vámonos, mi vida, que nuestra cita nos espera.

Sin saber específicamente a donde lo llevaría, salí de su apartamento junto a con él con aquella curiosidad a mil, pero conociendo a Bin, todo estaba especialmente preparado.

Al final, su cita se dividió en muchos lugares, primero fueron a dar un paseo por el parque bajo el atardecer donde Dong Min puso comerse su primer antojo, un cono de helado grande de chicle, en su paseo también se bebió una malteada y ya al final un algodón de azúcar.

—Vas a convertirte en diabetico con tantas cosas dulces, bebé.

—Salimos para relajarme no para que me regañes —respondió con un puchero y el alfa al verlo se rió.

—Tan adorable, mi esposito. —dijo un besito en su mejilla y tomados de la mano siguieron su camino.

Al caer la noche, aunque no tan tarde, fueron a cenar a un bello restaurante a la orilla de la playa, la brisa de las aguas refrescaba hasta su lugar al aire libre y degustaron de la deliciosa comida en compañía de su persona especial.

Se sintieron como dos adolescentes nuevamente, solamente que esta vez podían andar libremente demostrando su amor sin que nadie los juzgara y más que eso, ahora eran familia y estaban unidos hasta que la muerte lo separara, porque el amor estaba lejos de acabarse.

Dulce Espera |🦢| BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora