CAPITULO 33 LA MAÑANA DE LAS REVELACIONES
Me desperté mucho antes del amanecer, justo cuando Edward se dio la vuelta y me abrazó desde mi espalda pasándome la mano por mi estómago. Preciosa forma de despertar. Nunca había compartido un amanecer con un chico — además de Edward — básicamente porque después de follar se largaban rápidamente... tampoco es que me importara mucho, pero con Edward la cosa cambiaba. Sentir su pecho pegado a mi espalda y su mano sobre mi piel era la mejor forma de empezar el día.
Como muy bien lo había definido Edward, lo de anoche fue increíble. Anoche Edward tuvo ese puntito de chulito que me encantaba... y esa inocencia que hacía que se sintiera todo desde otra perspectiva. Dicen que la primera vez, de lo que sea, jamás se olvida... esperaba ansiosa que Edward siempre recordara este momento conmigo. Jamás llegué a pensar que esto me pudiera pasar. Sin duda anoche fue la noche de las revelaciones.. .de la revelación, con letras grandes y luminosas. Por si no me había dado cuenta estaba entrando en una espiral con Edward que sabía que a la larga me destrozaría... demasiados sentimientos por mi parte...
Edward se removió y se pegó aún más a mí dejándome notar todos sus músculos contra mi cuerpo y su aliento en mi cuello. Le acaricié lentamente el brazo hasta llegar a la mano, esas manos que esa noche me habían tocado con tanta dulzura y pasión, esas manos que habían estado por todo mi cuerpo anoche... me encantaban sus manos. Eran grandes y fuertes, pero a la vez gentiles y delicadas... cuando noté sus dedos subir hacia mis pechos entendí que Edward ya no estaba dormido; todo lo contrario. Abarcó mis pechos y los acunó mientras los masajeaba haciendo que mis pezones se endurecieran por su toque. Una de sus manos fue bajando por mi estómago despacio, deleitándose con sus caricias hasta llegar al punto de unión de mis piernas. Jadeé cuando me masajeó en círculos mientras yo le permitía acceso abriendo más las piernas.
— Que buena forma de empezar el día, Bella — murmuró contra la piel de mi cuello mientras seguía torturándome con sus caricias.
— Edward...
Me giró para quedar cara a cara con él. Me miró a los ojos y sonrió como si fuera un niño pequeño haciendo una travesura antes de besarme. Bien, estábamos a punto de empezar una sesión matinal de sexo y a juzgar por la excitación de Edward iba a ser del bueno. Sin separar nuestros labios me cogió de una pierna y la pasó por su cintura dejándome sentir su miembro excitado en todo su esplendor.
— Mmmm, Bella... sí, definitivamente presiento que va a ser un muy buen comienzo de día — dijo mientras me lamía el cuello.
— Estás muy crecidito, Edward...
— ¿Quieres que te diga donde exactamente estoy crecidito?
Oh Dios, sus palabras me terminaron de encender. Edward había pasado de ser un chico formal y sosito para pasar a ser un bombón chulito... y me encantaba. Me acarició de manera íntima haciendo que me arqueara por el placer cosa que aprovechó para jugar con su lengua en mis pechos. Sus manos estaban por todo mi cuerpo, no podía distinguir donde acababa su piel y donde empezaba la mía... Se puso encima de mí y justo cuando iba a penetrarme se paró y se quedó muy quieto...
— ¿Qué pasa? — dije moviendo mis caderas en busca de fricción.
— Nada... estoy esperando...
— ¿A qué? ¿A que pase en autobús? Por Dios, Edward — jadeé.
— Es que... siempre nos interrumpen... anoche nos dejaron tranquilos, pero ahora espero que en cualquier momento alguien aporree la puerta...
— Pues que la aporreen, Edward...
Le besé en la boca, poco a poco sentí que se volvía a relajar. Se posicionó de nuevo y de un solo golpe me penetró. Era incluso mejor que anoche... Edward me miró a los ojos mientras su cuerpo bombeaba contra el mío, siempre sin perder el contacto visual, otra unión mucho más afectiva que la sexual... No quería pensar ahora en los sentimientos, no me haría nada bien... Decidí centrar mis pensamientos en el presente, ahora, con Edward justo encima de mí y moviéndose de esa manera tan sensual y deliciosa.
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Mi profesora de Seducción (+18) Finalizada
FanficLo que me habían pedido mis amigos había sido descabellado, ¿o no? Además tendría mi recompensa, esa que había buscado por mucho tiempo... pero, ¿podría realmente hacerlo? ¿Era yo el tipo de persona capaz de cambiar a un cerebrito en un tío bueno? ¿...