Capítulo 53 Mis padres, los tuyos y tus mallas

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CAPÍTULO 53 MIS PADRES, LOS TUYOS Y TUS MALLAS

No se la cara que tendría yo en esos momentos, pero la de mis padres era un poema... por no hablar de mi pobre Edward. Mi cuerpo estaba tapado... apenas, pero Edward tan sólo llevaba los bóxers puestos y se podía apreciar todo el rastro de chocolate que mi lengua no llegó a limpiar. Mi madre carraspeó... mientras Edward seguía en shock... estaba segura que no le importaría meter la cabeza en un agujero, estilo avestruz...

- Eh... hija - me llamó mi madre -. Tenéis chocolate en...- señaló mis muslos y la nariz de Edward. Oh, Dios... este momento iba a encabezar mi lista de minutos bochornosos.

- Mamá... lo siento, yo no...

- Hija, no pasa nada - sonrió ligeramente -. No eres precisamente una niña... estás mucho tiempo sola y... bueno, supongo que no pasa nada porque hayas traído un amigo a casa - mi padre frunció el ceño aún más. Por su cara podía deducir que estaba al borde de la lipotimia...

- Eh... señores Swan...- murmuró Edward. ¡Bien! Al menos una buena noticia... mi friki ya no estaba en shock -. no soy amigo de su hija... soy su... ¿novio? - le miré con los ojos como platos.

- ¿Mi novio? - le pregunté.

- Si... ¿no? - parpadeé varias veces.

- Oh, joder... ¡sí! - mis padres me miraron de forma rara, pero no me importó -. Mamá, papá... os presento a Edward Cullen... Mi novio - ¡oh, sí!

Edward le fue a dar la mano a mi padre, pero la tenía muy ocupada por el spray de nata con el que me iba a comer enterita... Disimuladamente lo dejó encima de la cocina y saludó a mis padres.

- Siento muchísimo que me conozcan de... esta manera...

- Oh... por mi no te preocupes - dijo mi madre mirándole de arriba abajo -. Hija, pero qué buen gusto tienes, por Dios - me susurró al oído.

- Mamá - me sonrojé... ¿me sonrojé?

- Bueno... creo que es mejor que vayamos a... dar una vuelta - dijo mi padre mirando fijamente a Edward -. Mientras recogéis, os vestís... y os quitáis el chocolate de donde quiera que lo tengáis - susurró.

Esperamos con paciencia a que la puerta se cerrara. Entonces no pude aguantar las ganas de reír. Supongo que era una forma de liberar la tensión que habíamos acumulado en este espacio de tiempo tan corto.

- Vaya pillada - dije riéndome -. No vienen en meses y meses y se tienen que presentar por sorpresa justo en este momento.

- Sí, justo cuando te iba a comer... de nuevo - se acercó a mí y me mordió cariñosamente el labio inferior -. Creo que tu padre me odiará después de esto. Es evidente que he hecho cosas muy poco decorosas con su adorada hija. ¿Crees... crees que se enfadarán por habernos visto así?

- No deberían enfadarse... ellos lo han dicho, ya soy mayorcita y ellos muy liberales... Anda, vamos a recoger antes de que mis padres vuelvan y me vean haciendo cosas realmente indecorosas - Edward sonrió.

- Ya... quizás debería de buscar la lentilla que se me perdió anoche - le miré confundida -. Espera...

Se acercó aún más a mí y metió la mano por debajo de su camisa... hasta llegar al sitio que más chocolate tenía de mi cuerpo. Madre mía...

- Edward... aparta esa mano si no quieres que te tire de nuevo sobre la encimera...

Edward me obedeció - muy a mi pesar - y nos pusimos a arreglar el salón en el que aún quedaban un par de tortitas fruto de mi arrebato depresivo de anoche y mi habitación.

Mi profesora de Seducción (+18) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora