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A pesar de no haber bebido nada de alcohol, mi cabeza me duele tanto, más que nada por desvelarme toda la noche, además de la fogata, no pude dormir bien.

Solo daba vueltas en la cama, teniendo el rostro de Min Jun en mi mente todo el tiempo, haciéndome suspirar todo el tiempo.

Pero finalmente me pude quedar dormida, hasta que la luz del sol entró por la ventana, haciéndome maldecir por no haber cerrado las cortinas.

Sin más, tuve que levantarme, tomar una ducha y vestirme, para después salir de la casa, viendo como algunos chicos se encuentran limpiando el desastre que dejaron en las calles.

Al caminar hacia el comedor, algunos me saludaron en el camino, lo que respondí con una sonrisa, para después entrar y ver cómo hay otros chicos en las mesas, algunos agarrándose la cabeza sin dejar de maldecir, mientras otros comen como si fueran a morir después.

Kenny me tendió un plato con algo de pan y un par de huevos revueltos, junto con un jugo de naranja recién exprimido, según él, lo que agradecí, ya que me encontraba realmente hambrienta.

Fijé mi vista en todas las mesas y decidí ir hacia donde se encuentra Gabriel, recargado en su mano mientras parece luchar contra si mismo para no quedarse dormido, mientras Toby parece reírse de él.

Al llegar a ellos, el niño me saludó con euforia, mientras que el castaño se reincorporó y me saludó con una sonrisa.

—Pareces muy cansado. – dije, comenzando a comer.

—Me siento como si... me hubiese atropellado un camión. – dice Gabriel, bebiendo un poco de su jugo.

—Ustedes están locos. – dijo Toby, también comiendo de su plato.

En cuestión de minutos, llegaron Lenin, Martin, Noah y Min Jun a nuestra mesa, el ultimo me miraba fijamente, sin decir palabra alguna.

—Amo hacer las fogatas, pero odio terminar mal. – dice Noah, bebiendo jugo.

—Fue lo mejor. – dice Lenin, sonriente. – Parece haber sido de las mejores noches, pero claro, la que no se olvidará jamás es la de Min Jun, esa fue épica. – todos los presentes ríen, incluso yo, tras saber lo que había sucedido esa noche, pero el asiático golpea a su amigo para que guarde silencio. – ¿Qué? No debería darte pena frente a la chica. – me mira el rubio. – Él está loco cuando se emborracha, ayer se controló, pero en esa fogata, además de correr desnudo, se dejó marcar por los chicos, claro, no tanto como sucedió con Jeff, pero fue épico.

De nuevo, Min Jun volvió a golpearlo, para después cerrar el puño y posar su rostro en él, como si quisiera ocultar la vergüenza que siente ahora mismo, lo que me hizo reír.

—Que mal que no estuve presente. – dijo Toby, riéndose. – O no habría dejado de burlarme durante un mes.

—Créeme que habrá más momentos así. – dice Lenin, bebiendo de su jugo. – Solo hay que esperar que se suelte más y que le demos más alcohol. – pone su mano en la espalda del asiático. – Aquella vez bebió de más por no querer responder muchas preguntas o hacer algunos retos.

—¿Cómo que retos? – pregunté, teniendo la atención de todos, incluso del asiático.

—Como besar a Bobby. – dice Lenin, haciendo reír a los demás presentes, a excepción del asiático. – Aunque claro, Bobby tampoco lo hubiera hecho, pero en ese momento teníamos un alcohol más fermentado y fuerte, así que a Min Jun le tocó beber de él, lo que lo puso más borracho. – sonríe el rubio. – El otro sábado tendremos ese alcohol, el cual se prepara con un mes de anticipación.

—¿Preparan su propio alcohol? – pregunto, comiendo un poco de pan.

—Bobby se encarga de eso, en su casa tiene todo el alcohol, digamos que él controla eso para que nadie beba cuando quiera. – dice Noah, rascando su nuca. – Así tenemos más alcohol para los sábados. – bebe de su jugo.

—A la próxima espero y participes aunque sea un poco. – dice Lenin, mirándome. – Ahora eres parte de nosotros.

—No prometo nada. – sonrío y bebo de mi jugo, para después desviar mi mirada hacia el asiático, el cual parece algo incomodo tras la charla sobre él. Aproveché que los demás comenzaron a hablar entre ellos para hacerle una seña, haciendo que se haga hacia adelante, quedando más cerca de mí, si no fuese por la mesa, estaría pegado a mí. – Así que también estuviste marcado. – susurré lo suficientemente bajo para que solo él escuchase, haciendo que se sonroje un poco.

—No querrás llevarte conmigo, chica. – me susurra, alzando una ceja, a lo que río.

—Pensaré en un apodo bueno para ti. – susurro y me alejo, haciendo que él ría por lo bajo.

—Bien. – habla Noah, haciendo que todos lo miremos. – Aunque es un día libre, hay mucho que hacer, como el recoger el desorden, a excepción de ti y de ti. – me señala, al igual que a Toby. – Así que los demás, a trabajar.

Ellos hacen muecas y se levantan, dejándonos al niño y a mí solos, platicando de diversas cosas del pueblo, hasta que él se me despide para poder ir a su casa y dibujar un poco, al parecer el arte pasa por sus venas, o al menos eso mencionó, lo que me hizo sonreír.

Tras irse, me quedé un rato sentada, viendo como todos comienzan a moverse. Algunos que vi afuera entran para comer algo, mientras que otros salen para limpiar.

Charly se acercó a mí, con tan solo un vaso con jugo en su mano, para después sentarse frente a mí y mirarme.

—¿Cómo te sientes?

—Bien... yo no bebí nada. – respondo, sintiéndome intimidada.

—Me refiero a tu vida aquí, bueno, tu noche. – sonríe de lado. – Espero y nadie te haya molestado.

—No te preocupes, solo batallé un poco en dormir, pero no es nada malo. – sonrío con los labios sellados. – Hasta el momento me han tratado bien, aunque no he convivido con muchos, en la noche pude conocer a unos cuantos.

—Me alegra que estés bien. – bebe un poco de su jugo. – Ya sabes que cualquier cosa debes decirme, no por conocer por años a los chicos, significa que les dejaré hacer lo que quieran.

—Lo sé. – suspiro. – Pero hasta el momento todo está bien.

—Excelente. – sonríe de lado. – Supongo que te avisó Noah sobre el baúl que encontramos.

—Si, de hecho él la metió a la casa para que pudiera abrirla con más privacidad. – me encojo de hombros. – Solo contenía ropa para mí y... cosas necesarias. – hice una mueca para tratar de evitar hablar de ello, lo que pareció entender.

—Tranquila, no desconfío. – ríe un poco. – Es obvio que te enviarían cosas para chicas, aunque no tenemos a ninguna más aquí, comprendo las cosas que puedas necesitar, así que no te preocupes. – bebe por completo el contenido de su vaso y se pone de pie. – En fin, aunque es un día libre, para mí no hay de esos, tengo muchas cosas que hacer, así que nos vemos luego, chica.

—Claro, Charly, suerte. – sonrío y él se aleja de mí, en dirección hacia la calle, en donde puedo ver a los chicos recoger la basura.

Tras sentir unas miradas de unos chicos en mí, prefiero levantarme de mi lugar y salir del comedor, sintiendo como el calor me pega por completo, haciéndome sentir pesadez en el cuerpo.

Miro hacia arriba, notando como algo vuela tan pegado a la cúpula, lo que me hace fruncir el seño.

Pero en cuestión de segundos, eso choca con la cúpula, haciendo que se ilumine por un momento desde ese punto hacia abajo, por todo el "cristal" por llamarlo de alguna manera y esa cosa que volaba comienza a descender.

Inmediatamente corro hacia los chicos, en especial Min Jun, para después quitarlo con brusquedad antes de que aquello caiga en su cabeza, golpeándolo.


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LA CÚPULA - SIN SALIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora