Hace cuatro años
Jennie Kim
Me veo en el espejo, intentando que me guste o por lo menos me agrade la chica que se refleja allí. Suelto un suspiro, hoy era mi cumpleaños número 18 y mi padre había organizado una pequeña fiesta. Habían algunos de sus amigos, los míos y algunos familiares. Mi hermana mayor había venido desde la universidad y mi madre, para mi desgracia, también se encontraba aquí.
La puerta de la habitación se abrió con brutalidad y por ella apreció mi mejor amiga. Me vio con una gran sonrisa y se acercó para abrazarme.
-Estás hermosa- susurró en mi oído- te amo, Ruby Jane-bromeó con mi segundo nombre.
-Y yo a ti, Roseanne Park
Salimos de la habitación y bajamos las escaleras, la planta de abajo se sentía de otro mundo. Música relajante, personas teniendo conversaciones y bebiendo champagne. No era el tipo de fiesta que me gustaba. Mino se acercó a nosotras para desearme un feliz cumpleaños y bromear un poco con Rosé.
-Cariño-papá se acercó a mi con una sonrisa- Te estábamos esperando para un retrato familiar.
¿Un retrato familiar? vaya, hace mucho que no escuchaba eso. Me despedí de mis dos mejores amigos y caminé a su lado, saludando a algunas personas, agradeciéndoles por sus buenos deseos y aceptando sus regalos y comentarios.
-Pudiste haberte puesto un mejor vestido-mi madre me observo de pies a cabeza con una mueca -¿Aún hay tiempo para que se cambie?
Papá y mi hermana la miraron con el ceño fruncido.
-¿Que te pasa, Chaerin?- espetó papá- Ese vestido le queda perfecto, como todo lo que se pone.
-No empieces, es lo único que te pido-le dijo mi hermana.
Ella soltó un bufido y los ignoró completamente. Me coloqué al lado de mi hermano, quien me fundió en un abrazo.
-Gracias por venir, te he extrañado- le dije.
-Sí es por ti vendría corriendo, lo sabes.
-¿Están listos, señor Kim?- preguntó el fotógrafo hacia mi padre, quien asintió y se posicionó a un extremo, dejando a mi madre en el otro y a mi hermana y a mi en el medio. Sonreímos y el flash nos cegó- Quedaron perfectos.
-Muchas gracias- agradecí. Justo pasaba un camarero con copas de champagne y agarre una rápidamente. A mamá no pareció gustarle eso.
-¿Cumplió 18 y ya vas a dejarla beber alcohol, Jiyong?- espetó.
-Está bebiendo alcohol bajo mi supervisión y sabe controlarse-le contestó de mala gana. Ni siquiera se por que la invitó si sabemos que sobraba aquí.-Va a ser alcohólica.
-¿Como tú?- me giré hacia ella con los ojos prendidos en llama y la garganta llena de púas- No tienes ningún derecho a meterte con mi crianza, ni con lo que me pongo y mucho menos como luzco. Nunca has estado presente y no entiendo qué rayos haces aquí porque déjame decirte que sobras. Somos los tres, no necesitamos un cuarto.
-Soy tú madre- dijo escandalizada por que le haya dicho aquello.
Me importa una mierda.
Me alcé de hombros y me pegue a mi padre para susurrarle un "Vuelvo enseguida" y dejarlo con mi madre despotricando acerca de mi. Me dirigí con rapidez al baño para poder lavarme la cara y borrar las lagrimas que habían caído por mis mejillas en las escaleras. Gracias a dios no iba maquillada. Sentía un nudo en la garganta y la mente llena de pensamientos negativos que nunca había tenido.
-¿Qué pasa?- preguntó cuando la puerta se abrió y salió del baño con un semblante de preocupación -Pequeña, ¿qué ocurre? ¿tengo que llamar a tu padre?
Acarició mi cabello y se inclinó hasta quedar a mi altura. Lalisa Manobal estaba haciendo contacto visual conmigo y no sabia lo nerviosa que estaba yo en ese momento.
-Es mamá- susurré.
Frunció el ceño.
-Sabemos que Chaerin es una hija de puta- espetó, volviendo a mirarme desde arriba ¿Qué ha dicho o hecho esta vez?- exigió saber.
-Ha dicho que...- aclaré mi garganta, joder, ella me ponía a temblar sin siquiera imaginárselo -que pude haberme puesto un mejor vestido- repetí sus palabras.
Lisa rompió a reír.
-¿Qué te da tanta risa?- espeté de mala gana, cruzándome de brazos.
Llevó una mano a mi mejilla y la acarició levemente.
-Ese vestido... ese vestido es lo que mejor que he podido verte puesto- aclaró- ¿Cómo esa mujer va siquiera a pensar que te queda feo?- negó.
-¿Te gusta el vestido?
-No he podido quitarte los ojos de encima cuando ibas bajando las escaleras, como muchas personas más confirmó- Chaerin... ella... nunca creas lo que te dice. Es una víbora.
Rompí a reír por aquello, pero tenía razón. Ella sonrió, dejándome ver sus hoyuelos.
-¿Ya no estás triste?- preguntó. Negué- Bien, por que me gustas mas cuando sonríes todo el tiempo y los ojos se te iluminan.
Me sonrojé.
-Vayamos a disfrutar la fiesta, tu padre se esforzó mucho.
Cuando eran las 12 de la mañana todos se reunieron para cantarme feliz cumpleaños, mi hermana tenía un pastel en sus manos con muchas velas que se me pidió soplar. Mi padre me abrazaba por los hombros, pero mi mirada estaba en Lisa, quien sonreía ampliamente y bebía de su bourbon sin imaginarse todos los pensamientos que estaba teniendo con respecto a ella y a mi.
Creo que ya empezaba a hacerme efecto el alcohol.
A las 12:30 estaba en la pista bailando con Rosé pero ella desapareció dejándome completamente sola, pero eso no me detuvo a seguir moviendo mis caderas al ritmo de la música "María de justin bieber" sonaba por toda la estancia. Amaba esa canción y mi padre lo sabia, claro que lo sabia. Le hice aprendérsela.
Entonces, con un vaso de coca cola con ron, tras seis chupitos de tequila con amigos del instituto, podría decirse que estaba completamente borracha y las únicas palabras que aparecieron en mi cabeza fueron: "No he podido quitarte los ojos de encima cuando ibas bajando las escaleras"
Lalisa Manobal volvía a meterse en mi cabeza, como siempre lo hacía desde que tengo 16 años. Joder, joder.
Eso me llevó a buscarla por la estancia, la encontré en uno de los caros sofas de mi padre, mirándome fijamente. Al notar que la descubrí, alzó su vaso en mi dirección y se lo llevó a la boca. Me mordí el labio inferior ante la vista tan exquisita que tenía frente a mi.
Pensando bien en cuál sería el siguiente paso, decidí dirigirle una última mirada antes de subir las escaleras por segunda vez en la noche. Entré a mi habitación con la respiración descontrolada y la esperanza de que hayamos sentido lo mismo. Cuando sentí su presencia detrás de mi, mis piernas se debilitaron y eso lo confirmó todo.
-Dime que no estamos apunto de hacer una locura- pidió con voz ronca. La sentí moverse por la habitación y dejar su vaso con mucha fuerza encima de mi mesa de noche. Aún dandole la espalda empecé a desnudarme y lo escuché jadear con necesidad. - Ruby...
-Fóllame esta noche y mañana olvidemos esto- pedí, casi supliqué, bajándome las tangas que había decidido ponerme esa noche. Busqué su mirada cuando me volteé.
Tuvimos una batalla de miradas. Marrón y verde. Verde y marrón. Brillantes. Deseosas. Hasta que acortó la distancia que nos separaba, me agarró del cuello y me besó. Con ganas, hambre y necesidad.
Tuve mi primera vez con la mejor amiga de mi padre y desde esa noche, hasta que tuve que marcharme a la universidad, estuvimos disfrutando la compañía de la otra.
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𝗟𝗮 𝗠𝗲𝗷𝗼𝗿 𝗔𝗺𝗶𝗴𝗮 𝗗𝗲 𝗠𝗶 𝗣𝗮𝗱𝗿𝗲| 𝘎𝘐𝘗
Fanfic¿Cómo algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin la otra, no podíamos respirar ni existir sin tenernos. Era lo mejor que nos había pasado, así que ¿por qué estaba mal...