CAPÍTULO III

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𝐕𝐨𝐲 𝐚 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐢𝐬 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐢𝐠𝐚𝐧 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐢𝐬 𝐥𝐚𝐛𝐢𝐨𝐬 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐚𝐭𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧 𝐚𝐝𝐦𝐢𝐭𝐢𝐫...

06:00 en punto, su día comenzó, cuándo salió por la puerta de los dormitorios, en ropa deportiva. Tomó un largo sendero a la derecha del edificio lleno de árboles por los costados, el suelo era tierra en su mayoría, estiró su cuerpo y golpeó un par de veces el suelo con la punta de su tenis antes de comenzar trotando por el largo camino frente suyo.

Llegado a un punto dentro del camino, una vez dejaron de verse los edificios conocidos que conformaban parte del campus de la UA. Tomó aire, estiró sus piernas y comprobando la hora decidió volver, esta vez corrió en dirección a los dormitorios. Subió las escaleras que daban entrada al condominio, delante de el, se encontró con sus compañeros Eijiro y Katsukí que parecían dirigirse hacía afuera, llevaban también ropa deportiva, por lo que supuso que calentarían su cuerpo antes de las clases y prácticas del día.

El pelirrojo lo saludó sonriente, este lucía más deslumbrante que de costumbre, acababa de pasar su celo, a ello le acreditaba el olor a felicidad que este desprendía, además su piel y sonrisa radiaban mucho más que de costumbre, le contagió un poco de su entusiasmo, incluso mostró una medía sonrisa, por su parte el rubio que caminaba a su lado, pareció bufar descontento, y paso de largo a Todoroki sin saludarlo y mirarlo ni por error, casi estrellando su hombro con el del pelirrojo, buscando que este acelerara su paso y dejara de tontear con Todoroki. Al bicolor le era más que normal la actitud del rubio,  llevaba algo más de dos años conviviendo con el. 

Luego de un desayuno, fue directo a darse un baño, se puso su uniforme, peinó su cabello, y solo con su mochila atravesando de su hombro al pecho, salió de su habitación, encontrándose a varios de sus compañeros, que también tomaban camino al edificio principal. Ese era un día importante, era la última clase del segundo período venían las vacaciones de invierno y al volver estarían prácticamente frente a su graduación.

No podía creer lo rápido que habían pasado sus días de estudiante. Al llegar la primavera sería oficialmente un héroe profesional y dejaría aquella escuela, maestros y compañeros con los que convivió día tras día por tanto tiempo. Pensando eso, un ligero malestar en su pecho le dio a entender que se encontraba frente a un miedo que no había experimentado antes.

No tenía completamente claro que era lo que haría, al graduarse, podía trabajar con algunos de sus compañeros, podía ir a una agencia ya conocida, también podía ser un héroe independiente o trabajar con su padre. Estaba seguro de que sin importar lo que hiciera graduándose, habría un lugar para el en la agencia de Endeavor, después de todo con el hizo sus prácticas durante toda su estadía en la UA.

Tenía que pensar bien en esas vacaciones cuál camino tomaría al terminar sus estudios.
Llegado al tercer piso, lugar dónde se encontraba ahora su aula de clases, esta vez la puerta se encontraba abierta de par en par, al entrar por ella, veía a sus compañeros, los mismos con los que pasó el primer día de clases, los mismos con los que terminaría el curso, ninguno reprobó, renunció o se arrepintió de la decisión que tomaron aquel día que pisaron por primera vez la entrada de la UA.  Estaban todos ahí, más maduros, experimentados y más seguros de su persona, de lo que fueron al empezar el curso de héroes y en lo que estaban apunto de convertirse.

Felices, así se escuchaban sus voces cantarinas y sus movimientos energéticos, los grupos del salón, se veían bien marcados, todos eran buenos compañeros, más sin embargo no todos se consideraban los mejores amigos.

Los más competitivos, que siempre eran comparados,  y sobresalían eran Bakugo con sus amigos y por su puesto su propio grupo que constaba de Iida, Ochako e Izuku y en un par de ocasiones Asui se les unía, esta última no estaba siempre, pero era una buena amiga, reunidos en el aula solo faltaba Iida. Dejo sus cosas en su lugar y se acercó a ellos, hablaban de cosas que harían en el invierno, como Ochako presumía que iría de vacaciones con sus padres después de muchos años, la muchacha se notaba demasiado feliz contando los detalles y el destino, por otro lado, Izuku le preguntó si podría comentar a Endeavor si lo dejaría trabajar en su agencia durante el invierno.

LAZO IMPOSIBLE [ENJISHOTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora