Siempre pense que lo único que podia anhelar un ser tan monstruoso como yo era la muerte. Nunca tuve esperanzas ni sueños. Pero con el paso de los años me he vuelto codicioso. Te deseo. Quiero tenerte solo para mi. Se mío, porque siento que tú eres...
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"Ante tus enemigos tu corazón se congela pero en mis brazos el hielo de tu alma se derrite y se vuelve fuego"
⭐⭐⭐
Habían perdido la cuenta del tiempo que llevaban abrazados, solo sabían que la sensación era reconfortante y sanadora, el amo Suppapong intento alejarse pero su mascota lo atrajo hacia él logrando que sus rostros estuvieran muy cerca.
- Tardaste demasiado en volver. Incluso me resigne a no verte más. Y cuando había perdido toda esperanza regresas. ¿Qué crees que deberia hacer? - lo interrogó y sus palabras sonaron llenas de tanto dolor que Saint sintio ganas de consolarlo.
- No se que decirte excepto que sigas a tu corazón.
Perth miró sus labios ansioso por cerrar la corta distancia entre los dos pero se detuvo.
"Recuerda, no seas exigente"
Se recriminó y aparto la mirada de su amo.
- ¿Qué sucede? - le preguntó. ¿Tan molesto estás?
- ¿Quieres saberlo? Bien, te enseñare.
Sin decir más enterro su cabeza en su hombro, su nariz rozo su piel y lo lleno de cosquillas pero segundos después todo su cuerpo se electrifico cuando sintio su boca mordiendo y succionando cada curva de su esbelto cuello.
- ¡Perth! - protestó mientras intentaba safarse. ¿Qué haces, ahh? - preguntó antes de quejarse porque recibio una pequeña mordida.
Se encontraba tan sorprendido que no notó la llegada de Plan.
- Te estaba buscando pero veo que estás muy ocupado. No quisiera quejarme pero siento que no es justo. A mi ni siquiera me dejas abrazarte. Incluso me rechazaste cuando te ofreci un poco de diversión.
Saint vio todo rojo, estaba furioso por la situación tan vergonzosa en la que se encontraba, parecía que a Plan le encantaba ponerlo en ese tipo de situaciones, iba a gritarle a ambos pero su mascota se aferro a su cintura.
- ¡Vete! - gruño Perth.
- ¡Oye él no solo es tu amo, también es el mío! Debemos compartirlo. Ahora es mi turno de abrazarlo y luego lo morderé.
Le enseño los colmillos y Plan contuvo la risa.
"Será tan fácil volver loco de los celos a esta pequeña mascota"
