Siempre que el pasado queda sin resolver, vuelve a ti, lo quieras o no.
Era solo una fábula que se les cuenta a los niños, una de esas historias que todos se saben de memoria en su niñez, una fantasía más. Sin embargo, a medida que creces te das cue...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO NUEVE
Logró esquivar mi golpe, pero yo no el de él.
Khalil me golpeó fuertemente con su afilada espada en uno de mis hombros lo que me hizo enojar aún más. Se dio cuenta de mi enojo, así que me sonrió divertido e hizo amago de volver a golpearme. Esta vez esquivé su golpe girando sobre mi propio eje, agarré con fuerza la empuñadura de mi espada y lo golpeé con la punta en su espalda.
—¡Eso duele Atif! —exclamó fingiendo calmar el escozor del golpe con una de sus manos.
Lo ignoré y volví a colocarme en posición de lucha. Me miró con atención midiendo cada uno de mis movimientos. Respiré hondo y traté de mantener mi concentración en la pelea, pero no dejaba de pensar en lo sucedido en el museo. Estaba consumiendo todo mi tiempo y, no había podido sacarme de la cabeza lo sucedido con Ammae, desde ese día no la había vuelto a ver ya que se quedó a descansar en Telamt.
—¡Concéntrate Atif! —me gritó el profesor cuando notó mi desconcentración.
Maldije internamente cuando mi espalda golpeó el suelo debido al fuerte ataque de Khalil. Giré sobre mi espalda un poco y logré esquivar su afilada espada, agarré la mía y aproveché la oportunidad. Lo golpeé con mi espada detrás de sus rodillas haciéndolo caer sobre sus manos.
Me miró con los ojos entrecerrados.
Ignoré su mirada y me coloqué de pie.
Agarré la empuñadura de la espada con las dos manos y esperé a que Khalil se colocara de pie. Se colocó de pie y no volvió a quitarme el ojo de encima. Hizo el primer ataque, intentó atacarme con su espada así que golpeé mi espada con la de él, esquivando satisfactoriamente su ataque. Escuché las exclamaciones del profesor, pero lo ignoré, solamente me concentré en el vampiro que tenía enfrente de mí.
—¡Saquen sus escudos! —gritó el profesor.
Mi magia materializó mi escudo y lo agarré con mi mano izquierda, Khalil imitó mi acción.
