☆🌈 Alerudy stuff☆

019: El chico del bosque | Cap. 1

Palabras: 1,502
Regency + Omegaverse AU | Alfa!Alejandro / Omega!Rodolfo
Advertencias: Ninguna.
Resumen: Alejandro conoce a un chico en el bosque.

N/A: Tengo pensado que tenga dos o más caps, así que aún queda historia que contar C: También me disculpo si se ve apresurado, es que no se me da escribir el inicio.

Alejandro siempre fue un chico inquieto, aventurero, espontáneo. Muchos dirían que tiene el espíritu de un pirata; en busca de un sin fin de aventuras junto a su tripulación, tal vez en cazador de tesoros, buscando grandes y valiosos artefactos, o quizás sólo otro aventurero solitario. Pero no, él era un príncipe. Un príncipe no puede hacer nada de eso, no puede hacer lo "divertido", en palabras de Alejandro. Su padre, haciendo todo lo que está en contra de sus deseos, lo obliga a tomar esas tontas lecciones sobre cómo ser un caballero, su única actividad será a salir a cazar con otros hombres como él para conversar sobre cosas aburridas porque, en serio, ¿a quién le importa liderar un pueblo cuando hay un gran y amplio mundo lleno de misterios que están esperando que TÚ los descubras? Alejandro no lo entiende, y no cree hacerlo nunca.

Cuando supo que algún día sería rey, creyó que su gran sueño sería fácil. Porque, vaya, ¡Eres el rey, puedes hacer lo que quieras!

O eso es lo que creyó durante gran parte de su vida.

Bueno, si toda tu vida ves como los demás siguen las órdenes y caprichos del rey, es obvio creer que recibirás el mismo trato cuando cedas su título. Pero Alejandro se estrelló fuertemente con la dura realidad y no le dio tiempo de siquiera sanar sus moretones. Tenía 15 años y estaba cada vez más cerca de la edad ideal para tener pareja. A sus 19, su padre le mostrará cuánto omega se le cruce en el camino. Harán bailes con el único fin de que los omegas se peleen para ver quien será el afortunado de compartir el asiento real con él. El jóven príncipe creció creyendo en el amor verdadero, pero nunca creyó que dicho "amor verdadero" sería escogido al azar. Si es que aún tiene suerte de escoger, pues no duda que su padre haya escogido ya sus opciones.

Cuando tenía alrededor de 7 u 8 años, tenía la libertad (en cierta medida) de hacer lo que quisiera. Con una gran imaginación y un enorme jardín, las posibilidades eran infinitas. Claro, hasta que cumplió 11 años. A su padre, claro, no le gustaba mucho la idea de que su hijo heredase su tan preciada corona, por un tema de egos más que otra cosa, pero era su obligación. Él era su único hijo alfa y, tal como le pasó a él, su hijo heredará la corona y seguirá expandiendo su legado. Es por ello que lo educa arduamente sobre todas las cosas que un rey debería hacer, darse a respetar. Desde entonces, Alejandro ya no tuvo más momentos divertidos en el jardín, no más libertad.

Pero el joven, de actitud terca, no se daría por vencido. Aún con sirvientes que lo seguían a todos lados, él se las ingenio para escaparse por las noches. No la pensó dos veces cuando tomó todas las sábanas que pudo y las convirtió en una larga y suave soga. Para su fortuna, su habitación no estaba a tantos pisos arriba. Al menos tendría la seguridad de que, si algún cae, no morirá en el impacto. A lo mucho le dejarán unos cuantos rasguños y moretones.