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Al salir de Pizza Hut, el cielo ya se habia tornado oscuro, dejando sólo las luces de la ciudad adornar las calles.

Había sido nuestra primera cita, fue divertida, fue algo espontáneo y fue totalmente perfecto.

Tomé nuevamente la mano de Ten, entrelazar nuestros dedos ya se me estaba haciendo una manía recurrente cada vez que lo tenia cerca mio. Y era como si nuestras manos hubieran sido creadas para estar juntas, tal como un rompecabezas.

Ambos tomamos un taxi hasta su casa, él insistió en irse solo a lo que yo respondía que no cada vez que él me lo decía. No pensaba dejarlo solo, además queria pasar más tiempo con él. Todo el tiempo que fuera necesario.

Gire mi rostro hacia su dirección, estaba concentrado mirando por la ventana del automóvil. Jugué con sus dedos llamando su atención. Sonrió.

-¿Qué pasa? -Miró nuestras manos y volvió a dirigir su mirada a mis ojos.

-Pasa que eres hermoso. -Mordió su labio inferior y no hace falta decir que sus mejillas se tornaron de un color rosa inmediatamente, que pese a la tenue luz, aún podia admirar.

Besé una de sus mejillas y sonrió haciendo sus ojos unas medias lunas que tanto me encantaban mirar.

La música de Dean nos acompañó durante todo el trayecto, hasta que el conductor nos dio el aviso de haber llegado a nuestro destino. Nos bajamos y le dije que me esperara unos minutos para despedirme de Ten. Este asintió.

Abriendo la puerta, bajé yo primero para luego permitir que descendiera él.
Caminamos hasta su casa, cual no era una mansión gigante, ni una choza, era bastante normal. Tenía un patio verdoso, se notaba bien cuidado.

Sacó unas llaves que estaban en su hoodie color mostaza y pude divisar un llavero del logo de McDonald's.

Que voy a hacer contigo, Ten.

-De acuerdo creo que debo entrar. -Humo salió de su boca debido al frio que hacía. -Gracias por venir a dejarme, realmente no hacía falta. -Repitió como por décima vez en lo que va de la noche.

-Y yo te lo vuelvo a repetir que no es nada. -Acaricie su brazo con mis dedos acortando un poco la distancia. -No te dejaría solo en medio de la noche. Debería estar loco para hacer eso.

-Eres tan tierno. -Apretó mis mejillas como si fuera un bebé, a lo que reí.

-Nah... -Me encogi de hombros. Él me miró, como desafiandome a arrepentirme. Me resigne de inmediato de mi respuesta. -Quizá un poquito.

-Mucho mejor. -Una dulce carcajada salió de sus labios.

mcdonald's [kunten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora