La noche había llegado, Hera ya había llegado de sus encargos pero Ares no le comento nada de todo lo sucedido mientras ella no estaba para cuidar a su inocente. En cambio ella, Kat, estaba de muy buen humor ahora, pues un tal Dios Hermes empezó a visitar a Kat en algunos tiempos disponibles que podía tener ya que Hermes es un dios muy ocupado así que su tiempo hablar con ella es muy poco, pero no molesta en lo absoluto en ese poco tiempo que se le da a visitar la pone muy feliz.
Cuando la noche había llegado, estaba muy calmado el clima, muy fresco el aire que entraba por las ligeras ventanas que entraban por ahí.
La pelirroja estaba muy tranquila cepillando su cabello, ya casi era su hora de dormir. Antes de que terminara de cepillar su pelaje tan largo y hermoso, rojo intenso, al contrario de su madre que es morado oscuro, estaba pensando en Hermes la chica, pensando que todo el día no la había visitado quería verlo pero en su interior sabía que no podía salir ya que su madre ya estaba aquí podía verla.
Aunque varias veces en su interior decía que debía hacerlo, al menos esperarlo o algo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
[...]
En si era una locura.
Kat ahora estaba otra vez con ropa normal, se había quitado su pijama, porque se le había ocurrido en su mente ir a ver al veloz. Ya era muy noche pero quería al menos dedicarle las “Buenas noches” así que en eso estaba ella, caminando por los pasillos para intentar encontrar la habitación de Hermes.
El viento era agradable, pero al ser muy de noche la pelirroja si sentía mucho frío cuando el viento pasaba, no solamente eso, no veía a muchos dioses, de hecho no se había topado a ninguno a ser muy tarde. Pero aquí el problema era que Kat no sabía dónde quedaba el palacio de Hermes, entonces era lo más complicado porque no sabía bien dónde quedaba. Daba vueltas y vueltas por unos rincones, no quería tocar a una puerta le daría miedo que alguien la viera afuera y fuera con el chisme a su madre.
“Te perdiste hermanita” — una voz dulce se escuchó, era de una mujer — “Sabes últimamente Ares a estado más irritable que otros días, ¿Sabes porque?”
Kat se voltio a verla. Era Heila, su hermana mayor, hija de Zeus y Hera, vestía todavía con su ropa normal, su cabello era morado como Hera, sus ojos azules brillantes, ella si era una copia de Hera pero personalidad de Zeus aveces.
“¿No lo sabes? A estado enojado por mi culpa” — agrego Kat bajando la mirada algo apenada
“Por tu culpa, no lo creo, Ares, jamás se a de enojar con sus pequeñas hermanas sino de otra persona a de ser Kat” — sonríe para ver a la pequeña pelirroja sonreír, cosa que emitió— “Igual buscas algo, te puedo guiar”
