4: Serpientes y víboras

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Los Kira son una de las familias reales mas importantes de todo el reino del trébol (muy posiblemente la mas importante de todas), una familia que a mantenido la corona durante 276 años seguidos y durante ese tiempo han financiado miles de proyectos como la creación general de las órdenes de caballería, un sistema monetario mas avanzado e incluso la creación del Concilio mágico, entre otras cosas. Esta peculiar familia fue ganándose el respeto de las otras familias reales y del pueblo hasta el punto en que el rey Albert Silvamilion firmó el tratado para que fueran ellos que cuidan la corona y el reino Clover.

Albert estaba caminando por los pasillos del palacio mientras cargaba en su mano una copa y una botella de vino en la otra. Los empleados que pasaban por ahí se hacían a un costado quedándose quietos como si estatuas de piedra mientras el seguía sonriendo. Camino unos minutos más hasta llegar a una puerta de madera negra con marco dorado y con un su nombre enmarcado en la parte superior de la misma. Se quedó ahí un momento apreciando su puerta de manera singular, y en ese momento su sonrisa desapareció. Suspiró para abrir la puerta y ver el interior con sumo detenimiento.

Suelo tapizado de cuadros dorados, los cuales estaban colocados de forma milimétrica, un armario de madera de aproximadamente 7 pies de altura con pomo dorado, una mini sección que lleva a un baño privado, cama matrimonial de madera blanca y sábanas finas dignas de la realeza, y un elegante piano negro con teclas blancas en una esquina de la gran habitación. El joven Kira se acercó al velador que estaba a lado de la cama, dejó ahí la copa para servir un poco del líquido de la botella, se alejó poco después y dejó ahí la bebida.

Una mano blanca y delicada tomó entre sus dedos la copa para acercarla a su femenino rostro. Los rosados labios ligeramente pintados se entre abrieron para ingerir el líquido de un trago, para finalmente, dejar el utensilio vacío denuevo sobre la mesa.

---Mmm esta lleva casi tres años en un ambiente natural --dice la femenina voz con tono amargo--. Pero eso le da un sabor añejado y dulce.

---Es lo bueno de dejar que el tiempo toque las cosas. --dice Albert sentado en desde el otro extremo de la habitacion, viendo el cuerpo bien desarrollado de su antigua amiga--. Asique Nya, ¿Qué te trae por aqui?

---Nada en especial --dice la pelinegra encogiéndose de hombros--. Escuché que te uniste a una orden de caballería. --dirije sus dorados ojos a la estancia donde estaba aquel manto con un sol dorado--. Y al parecer es verdad.

---Así es --confirma este inclinándose atras del sofá con los brazos en la nuca--. Y me alegra mucho que te molestaras en venir a felicitarme.

Nya negó con la cabeza para agarrar la copa de cristal y servirse el vino una vez más. Esta se acerca al rubio con mirada acerada. Se quedó enfrente de el mirándolo hacia abajo mientras toma del vino.

---Ya quisieras que te felicite por hacer algo medianamente util para el reino por primera vez en tu miserable vida --expresa con veneno--. Pero no vine por eso, Albert Geoffrey Kira.

Albert quien estaba viendola hacia arriba no le gusto mucho que digiera su nombre completo. Chasqueó la lengua y desvió la mirada, su sonrisa se borró para poner un rostro mas serio.

---¿Qué quieres Nya, a qué viniste?

---Solo quería verte --musita indiferente--. Sabes, dentro de unos días yo tambien me uniré a una orden y no nos veamos mas en el palacio.

---Awww ¿Viniste a despedirte? Que tierno Nya. --dice Albert sardonicamente--. Si eso es todo supongo que ya te puedes ir. Aunque claro, no me importaría me distraigas un poco antes de hacerlo.

Nya arqueó una ceja entendiendo su indirecta, pero no le hizo mucho caso y decidió darse la vuelta para dirigirse denuevo a la mesa. Tomo la botella y sirvió lo último del vino en la copa para dejarlo sobre la mesa.

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