09. Mentes cerradas

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No tenía idea de cómo responder. Definitivamente esto era un gran problema, y yo lo sabía.

—¿Qué tienes que decir? —me miró a los ojos con desdén.

Dahyun estaba ahí, no se fue. Contemplaba la escena asustada, pero sin huir.

—¿Quién? —fingí no entender.

—Danielle Marsh. Tu amiga —declaró, haciendo un énfasis sarcástico en la palabra "amiga".

Tragué saliva, ansiosa.

—Eh... ¿Ella? De verdad es sólo mi amiga —mentí.

—Mentirosa —se acercó más a mí.

Dicha esta última palabra, me dio una bofetada.

—¡Por Dios! Estar con una mujer... —alzó la voz mientras yo me flotaba la mejilla con la mano— Esto pasa haberte descuidado, haces estas cosas horribles de adolescentes de mala influencia. Y además por tu propia voluntad —hizo una pausa para lanzafme una mirada de repugnancia—. Dame tu celular.

Dudé un poco, pero no me quedaba otra opción, así que lo saqué de mi bolsillo y se lo entregué. Mi destino sería peor si no se lo diera.

Inmediatamente entró a mis contactos y bloqueó a Dani con rapidez.

Esto es demasiado para mí.

—No quiero que la desbloquees —puso mi celular en la mesa—. Y no quiero que te acerques a ella en la escuela. Voy a pedirle a los profesores que te vigilen.

¿Qué clase de madre puede ser esta? No una buena.

Dahyun interfirió:

—Mamá, Haerin no hizo nada malo...

—¿Cómo te atreves a decir eso? —le gritó— La homosexualidad está condenada por la Biblia, y además no es natural.

—Pero... es tu hija.

Me miró, y decidida dijo:

—No una buena hija, en definitiva. Haerin —se dirigió a mí—, podrías ser más como tu hermana, ¿sabes? —Dahyun se mordió el labio— Ella es ejemplar. Tiene a su novio, Minho y no desobedece.

—Es falso —Dahyun interrumpió—. Minho no es mi novio real, solo es para pretender. Realmente... mi novia es Sana —reveló—. Haerin no es la única que te desobedece y no me deberías poner como ejemplo de tus ideas.

Nuestra madre enmudeció. Tenía una cara de profunda decepción y desagrado.

—No quiero ver a ninguna de las dos —sentenció después de momentos de silencio—. Dahyun, tienes el mismo castigo que Haerin —caminó hacia ella y le arrebató su celular de la mano—. Vayan arriba.

Dahyun me dejó pasar primero por las escaleras y subió detrás de mí.

Inmediatamente después de que llegamos a mi habitación, pregunté:

—¿Por qué lo hiciste?

—¿Qué? ¿Decir lo que tengo con Sana?

—¿Por qué? —me senté en su cama, derrotada— ¿Por qué lo hiciste si sabías que te iban a castigar?

—Porque ya me harté de tener que esconderlo. No me importa lo que ella piense, porque sus ideas son erróneas —cruzó los brazos—.  Además, pronto me iré de aquí y, puede sonar cruel, pero no me importa lo que piense mi mamá. Nunca nos cuidó como debería, y no sé por qué quiso adoptar hijas si no las va a cuidar como merecen.

—Y... —todavía tenía una duda— ¿Cómo hará para que los profesores nos vigilen?

—Supongo que algo les pagará.

little miss perfect | daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora