Floresillas que cantan,
en un mundo sin canciones.
Florecillas que bailan y ya no tienen colores,
armonías que viven
y el mundo las destroza.
En el seno de las virgenes,
siguen fructiferando
y aunque cara bella tengan,
no tienen petalos,
petalos de humildad.
Los arrancó él en su sangrienta morada,
mientras un libro escribió.El libro de los valores,
el libro de los ideales.
Ficticias ocaciones,
que respaldan las verdaderas
y las florecillas sinceras no atrapan la verdad..