•[Gélido]• || «Giyūū Tomiōka Y Tú»

Capítulo XXV

La muchacha esquivó como pudo aquel ataque. Le dolía la panza por comer demasiado y bueno, tampoco esperaba que el peliblanco fuera a enfrentarse a ella.

- ¡Deja de esquivar y pelea! - Gritó el chico blandiendo su katana en dirección a la chica, quien lo esquivó con un salto - ¡Quédate quieta!

- Demonios. . . Que mal momento para que me duela la barriga. . . - Se dijo la muchacha sujetando dicha parte al caer - Pero Shinazūgawa-san se ve decidido a enfrentarme.

- ¿Ahora si vas a pelear, debilucha? - Preguntó mirándola con desagrado, pero ella no contestó. Gruñó un poco - Parece que la actitud del idiota de Tomiōka es contagiosa.

- No quiero pelear - Dijo pasando por encima del peliblanco - La hoja de mi katana es nueva, no la quiero estropear.

- ¿¡Que insinúas?! - Exclamó enojado voltenadose a verla.

- Nada, nada - Dijo negando, tenía que escapar de allí - Bueno. . . Adiós.

- ¡No te atrevas a irte! - Exclamó pero la joven no hizo caso y se fue de allí - ¡Maldición!

La peliblanca escondida entre muchos árboles observó como el muchacho hacia una especie de pataleta y después se iba. Suspiró con pesadez e ingreso a su humilde hogar.

- Ya me esta pasando. . . - Dijo sobando su estómago - Me sorprendes Mitsūri-san. . .

La joven se tomó un té caliente para aliviar el dolor aún más, por lo que decidió descansar lo que restaba del día. Sin embargo cuando estuvo a punto de ir a dormir escuchó que alguien tocaba su puerta.

- ¿Quien será? - Se dijo caminando para poder abrirla - ¿Que se le of-

Se quedó muda al ver a aquel azabache mirándola con aquella expresión intangible, no esperó la visita del pilar del agua después de. . . De lo que pasó.

- Giyū-san, no esperaba tu visita - Dijo ocultando sus nervios - Pasa porfavor. . .

El muchacho asintió, también ocultando mucho sus nervios detrás de aquella careta inexpresiva. Ambos llegaron al salón y se quedaron quietos sin saber que hacer o decir.

Después de unos segundos el muchacho tomó valor y comenzó a hablar.

- ¿Recuerdas la carta de Urokodaki? - Preguntó a lo que la chica asintió - Dijo que debíamos ir a hablar con él. . .

- Oh, cierto - Dijo la muchacha asombrada por su falta de memoria - Lo había olvidado por completo, estuve pensando e-. . . En algunas misiones que me asignaron. . .

El muchacho no se dió cuenta que la joven trataba se esconder algo, y comenzó a pensar que tal vez se haya olvidado de lo ocurrido hace poco, o tal vez ni siquiera le gustó.

- Pensé que cuando me viera preguntaría por lo ocurrido. . . - Se dijo el muchacho confundido aunque obviamente no lo demostró - Entonces vamos.

- ¿Ahora? Pero. . . Yo quería dormir... - Pensó la peliblanca algo decaída pero luego sonrió levemente - Si, esta bien, vamos.

El muchacho asintió y comenzó a caminar fuera de la Finca seguido de la joven. Por dentro tenía unas inmensas ganas de repetir aquel suceso, pero no sabía que hacer. De alguna manera, ____ lo ponía muy nervioso.

- ¿Y. . . Que crees que nos dirá Giyū-san? - Preguntó después de estar varios segundos en silencio - Quiero decir, se que hablara sobre Tānjiro y Nēzuko pero. . . Creo que ya me entiendes.

- Hablara sobre lo ocurrido - Dijo sin mirarla - Lo más seguro es que nos explique lo que ocurre con ella y las consecuencias de esto.

- Ya veo. . . - Murmuró pensativa - Ojalá que sean buenas noticias. . . Supongo que si, Tānjiro se veía demasiado seguro de si mismo.