•[Gélido]• || «Giyūū Tomiōka Y Tú»

Capítulo XIX

[Minutos antes con Giyu detrás del árbol]

El ojiazul se encontraba viendo a ambos enfrentarse. Estaba analizando los movimientos de ambos, pero más el de su compañera, pues los cortes que le daba al demonio eran impredecibles.

— Ya veo. . . — Se dijo luego de ver el porqué de esos extraños acontecimientos — Su primera postura. . . Puede controlar el tiempo en usarla, así sea segundos antes o después, por eso es que no se ve cuando ataca. Un ataque directo pero atrasado o adelantado. . . Que gran postura.

El muchacho aún veía el encuentro, hasta que observó como el demonio lanzaba a la chica contra el árbol, a diferencia del anterior, este si había hecho efecto en la peliblanca. Sintió una punzada dentro suyo al verla ponerse de pie con algo de dificultad, y se hizo más fuerte al ver al demonio lanzar su abanico con fuerza.

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Ambos se veían com ganas de matar al otro, ninguno apartaba la mirada, se notaba la tensión en el ambiente. Pero este silencio se rompió cuando el demonio atacó.

— No deberías meterte en este asunto. . .

Pero el apellidado Tomiōka no respondió. Al contrario prefirió devolverle el ataque, pero el ser lo esquivó. Los golpes y posturas se hicieron presentes en cuestión de segundos, bajo la mirada de la peliblanca que ya estaba recuperándose del golpe.

— No puedo dejar que Giyū-san lo haga todo solo. . . Debo ayudarlo — Pensó la muchacha tomando su katana — Debo buscar un buen momento.

Observó como el ojiazul bloqueba un ataque del demonio, haciendo que este último saltará para esquivar el golpe del pilar.

— Aliento de la Nube, primera postura. . . — Pensó la muchacha tomando con fuerza su arma — Nubes engañosas

Y saltó para tratar de herir al demonio, quien logró esquivarlo, se paró en un árbol viéndolos. Sería un problema acabar con los dos, sobre todo mientras el otro esté allí para bloquearlo.

— Creo que debería terminar con esto ya~ — Dijo el demonio tomando su abanico y agitandolo mandando así una gran ráfaga de viento el cual era super frío. Los muchachos rápidamente lo eludieron.

Los pilares se dieron cuenta de que ese humo de hielo era realmente peligroso, por lo que tenían que terminar con eso ya o aguantar hasta el amanecer.

— Oh~ la próxima no lo esquiva- — Un corte en todo su brazo lo calló — Otra vez. . .

Un corte más fue en su otro brazo, el demonio volteo a ver a la muchacha, la iba a absorber, lo haría sin duda.

— Aliento del agua, primera postura. . . — Susurró el pelinegro — Tajo de superficie.

— Vaya~ eres bastante rápido pero no me gusta pelear con hombres — Dijo este con una sonrisa — Te terminaré primero.

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Las horas pasaban y los pilares se encontraban resitiendo los ataques del demonio, hasta ahora habían esquivado y herido bastante al ser, y aunque este podia regenrarse se notaba enojado.

La pelea siguió, ambos humanos ya sentían cansancio al pelear sin parar por casi toda la noche, además tenían heridas en el cuerpo.

— Si que son molestos. . . — Dijo viendo como el pelinegro estaba arrodillado en el piso recuperando aire y la muchacha estaba agitada y apoyando su cuerpo en un árbol — Pero ya no resisten más, es mi oportunidad.