Kimetsu Rider: Los caballeros dragón

Capítulo 13: El encanto de la casa

Nueva sorpresa, capítulo entre semana, siii, espero les guste ^^
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La mañana llegaba y el sol alumbra todo el lugar.

Vemos a Tanjiro despertándose de su sillón estirándose y bostezando.

Después de eso se levanta y va a la cocina por un vaso de agua.

Justo unos minutos después Kanao sale del y también fue a la cocina por un vaso de agua.

Apenas entra y lo primero que ve es a Tanjiro.

—Oh buenos días Kanao—con su cálida sonrisa.

—Bu-buenos días—

Tanjiro sirve otro vaso y se lo da a Kanao.

—Gracias—algo sonrojada.

—¿Dormiste bien?—bebiendo agua.

—Si, hace mucho que no dormía tan comoda—bebiendo agua.

—¿Dónde dormías?—

—A veces en mi vieja casa, a veces en la calle cuando el cansancio me ganaba—

Tanjiro la vio con un semblante triste.

—Descuida, no es malo cuando te acostumbras—sonriendo.

—Les agradezco su hospitalidad pero no quiero abusar, ahora me iré para no serles de estorbo—

—Pero tu no eres un estorbo—

Kanao lo mira.

—De verdad que no nos molesta que estés aquí, por mi quédate todo el tiempo que sea necesario—

—Pero, tomé tu cuarto y ahora duermes en el sillón—

—Tranquila, fuí yo el que lo propuso y no me molesta para nada—

—Pero...—

—Insisto, quédate—con su cálida sonrisa.

Kanao se quedó mirando su sonrisa.

En eso se oye la voz de Nezuko desde el comedor.

—¿Tanjiro dónde estás?—

—Creo que debemos volver—

Kanao asiente.

Ambos salen de la cocina y van al comedor.

—Buenos días Kanao—

—Buenos días—

—¿Qué hacían los dos solos en la cocina?—con mirada pícara.

Ambos se pusieron rojos.

—No es lo que piensas—dijo el pelirrojo bien nervioso.

—¿De qué hablas Nezuko?—Hanako llegó por atrás.

Nezuko se puso helada.

—Cosas de adultos Hanako, siéntate en un momento preparé el desayuno—

Después de eso llega Tomioka.

—Buenos días a todos—

—Giyu ¿Cómo dormiste?—dijo el pelirrojo.

—Como una roca—

Después de unos minutos llega Nezuko con sartén grande dónde frío unos huevos revueltos.

—Coman todo lo que quieran—

Cada quien se sirvió y fue un cálido desayuno.

—Nezuko te quedó increíble—dijo la ojiroja.

—Gracias Hanako—