Capítulo 40: Puño de los Milagros

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Descargo de responsabilidad: esta es una obra de fanfiction basada en múltiples series de anime/manga existentes. Los personajes y escenarios utilizados en esta historia pertenecen a sus respectivos dueños y creadores, y no se pretende infringir los derechos de autor. Esta historia tiene fines puramente de entretenimiento y no pretende infringir ninguna propiedad intelectual existente. No soy propietario de ninguna de las obras originales que inspiraron este fanfiction y apoyo plenamente a los creadores originales y sus obras. 

-Inicio de la historia-

Un impacto atronador resonó en todo el comedor relativamente vacío.

Sorprendiendo a la docena de empleados que trabajan en la limpieza y el mantenimiento después del almuerzo. 

Sosteniendo sus escobas y platos sucios, dirigieron sus ojos hacia la fuente del sonido. 

Una nube de polvo y escombros se formó en el borde de la habitación, y una brisa fría barrió el pasillo que de otro modo sería cálido. 

Un momento tenso después, el polvo se disipó, revelando una figura de pie junto a un deslumbrante agujero del tamaño de un hombre en la pared, que conectaba el edificio con la gélida oscuridad del exterior. 

La atmósfera cálida y acogedora del salón contrastaba marcadamente con el viento frío y la figura que se avecinaba junto al enorme agujero, y el personal propenso a los chismes no necesitó mucho pensamiento para identificar al perpetrador. 

Una figura con gafas, de cabello blanco, estaba de pie, su claro ceño de molestia igualado por la conmoción de los ojos muy abiertos y los susurros silenciosos del personal. 

Un valiente miembro del personal se acercó, sus pasos resonaron en el silencio mientras avanzaba cautelosamente hacia el contemplativo, grosero y molesto perpetrador.

De pie frente a la figura alta y con gafas, su voz temblaba cuando preguntó: "¿Hay algo que necesites? ¿Señor Gojo?" No pudo evitar preguntarse por qué una figura tan poderosa causaría tanto daño sólo para llamar su atención. 

Por supuesto, no podría ser nadie más que Satoru. 

Satoru suspiró, una mezcla de irritación y resignación cruzó sus rasgos mientras buscaba su bolsillo para sacar una pequeña billetera de cuero. 

El miembro del personal delante de Satoru, así como sus colegas más astutos que se encontraban a una distancia "segura", contemplaron con puro desconcierto las acciones de la rumoreada "Anomalía". 

De la billetera, se retiraron rápidamente dos monedas de plata Asura, mientras Satoru decía con el tono más inexpresivo: "Abre la mano". 

Con un suave impacto, las monedas golpearon su mano. 

El miembro del personal miró las monedas, luego a Satoru, con la confusión evidente en su rostro. 

No obstante, Satoru respondió a sus preguntas tácitas y a las de su colega. 

Señalando las monedas, dijo con total naturalidad: "Una moneda debería cubrir la pared"

"El segundo debería cubrir el dinero por el silencio". Él asintió tontamente. 

¿Está bien ~?" Satoru sonrió cálidamente, inclinando la cabeza inocentemente. 

"S-Sí, señor." El miembro del personal asintió, con el sudor manchando su frente. 

Aplaudiendo alegremente, Satoru exclamó: "¡Eso está arreglado~!" 

Para exasperación de los demás miembros del personal, quienes dieron por terminado el asunto y decidieron continuar con su deber.

Mushoku Tensei - El HonradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora