Capítulo 8

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Eso no está en el guión.

Faye y Yoko se encontraban ensayando las líneas de la próxima escena que grabarían. El estudio estaba tranquilo, iluminado con una suave luz dorada que entraba por las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor. Faye, con su guión en mano, leía con atención, mientras Yoko, sentada a su lado, la observaba con una mezcla de seriedad y diversión.

—Si no puedo besar tu mejilla, y me graduara de doctorado, no me sentiría satisfecha.— Mencionó Yoko, interpretando su línea con una expresión de anhelo.

Faye, inmersa en su papel, levantó la vista del guión y frunció ligeramente el ceño.

—¿Qué relación tiene besar mi mejilla con la graduación?.— Inquirió, con su tono lleno de genuina curiosidad y con un toque de incredulidad.

Yoko hizo una pausa dramática, con sus ojos fijos en los de Faye.

—Está relacionado. Si no puedo besar la mejilla de la persona que amo, ¿Para qué quisiera tener éxito en otras partes?.— Su voz suave pero firme, sonaba algo desanimada.

Faye suspiró con resignación.

—Si quieres vivir con tu mamá, eso depende de ti.— Articuló, cruzándose de brazos, dejando caer sus hombros como si todo el peso del mundo estuviera sobre ellos.

Yoko, sin perder su actitud despreocupada, asintió.

—Ok, me iré a vivir con mamá.

Faye soltó otro suspiro, más profundo esta vez, y luego levantó la vista.

—Bien... ¿Pero harás tu tarea?.

Yoko, haciendo un gesto de desinterés, miró hacia otro lado fingiendo demencia.

—¿Qué? Dilo otra vez.

—Pero haz tu tarea.

Yoko sonrió.

—Huuhh, tu mejilla es tan suave. Si me dejas besar más, puede que obtenga el primer puesto en la clase.— Declaró Yoko con un tono juguetón y una chispa en sus ojos.

Faye, intentando mantenerse en personaje, negó con la cabeza lentamente.

—No esperes obtener nada más que esto.— Respondió, tratando de mantener la compostura.

—Seguro me dejarás...Ouiii, ya lo recordé. Tengo tarea de idioma tailandés.— Una sonrisa juguetona se forma en sus labios.

—No esperes volver a besarme en la mejilla.— Afirmó Faye, tratando de sonar seria, aunque una ligera sonrisa traicionaba su intento.

—¿Y en los labios?.— Preguntó Yoko, con un tono sensual y una sonrisa traviesa, rompiendo completamente el guión.

Con una expresión sorprendida, Faye desvió su mirada de la hoja y la fijó en Yoko, quien la observaba expectante.

Sus miradas se conectaron, y una risa incontrolable escapó de ambas.

—Eso no está en el guión, Yoko.— Aclaró Faye, tratando de sonar seria.

—A veces, las mejores cosas no están en el
guión, P'Faye.— Respondió Yoko, con una risa risueña.

En medio de ese ambiente armonioso y pacífico, Faye sintió que el mundo se detenía por un segundo al presenciar la tierna sonrisa de Yoko. Su risa resonaba como en un segundo plano, mientras observaba la forma en que sus ojos brillaban, captando toda su atención.

Cada gesto y cada sonrisa de Yoko, parecían tener un eco profundo dentro de ella. Al mismo tiempo, los sentimientos eran innegables: una calidez y felicidad la envolvían, reflejándose en una sonrisa inevitable.

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