Es solo una amiga.
Faye despertó con una sensación extraña y persistente en su mente: la calidez del estudio, las risas y la ternura en la mirada de Yoko. Mientras se preparaba para el día, intentó aclarar sus pensamientos observando el amanecer desde la ventana. La inquietud la acompañaba, pero decidió no dejarse consumir por la incertidumbre.
Recordó los momentos compartidos con Yoko, tanto en el set como fuera de él. Hasta ahora, había mantenido su relación en el ámbito profesional y de amistad, pero algo había cambiado, despertando una posibilidad que no había considerado antes.
Antes de dirigirse al estudio, llevó a Sunny a la peluquería. Dejando a su querido perro a cargo de sus socias, quienes siempre cuidaban de él con esmero.
—Cuidenlo bien.— Dijo Faye, acariciando la cabeza de Sunny con ternura. —Hoy será un día largo.
—No te preocupes, Faye— Respondió Tanya, una de sus socias. —Estará en buenas manos.
Faye se despidió de sus socias y de Sunny con una sonrisa y una última caricia a su cachorro. Mientras se dirigía al estudio, intentó sacudir esos pensamientos. Es ridículo, se decía. Solo fue un sueño. Pero no podía negar cómo la había hecho sentir. Cada vez que pensaba en la mirada de Yoko, una extraña mezcla de confusión y emoción la invadía.
Mientras la mañana avanzaba, Faye intentó concentrarse en su trabajo. El set estaba lleno de actividad, con el equipo técnico ajustando luces y cámaras, y los actores repasando sus líneas. Faye se sumergió en el guión, pero su mente estaba en otro lado.
Yoko llegó al set con su habitual energía, saludando a todos con una sonrisa. Cuando sus ojos se encontraron, Faye sintió una oleada de calidez y confusión. Yoko se acercó, inclinando la cabeza ligeramente.
—Buenos días, P’Faye. ¿Me extrañaste?.
Faye sintió un nudo en la garganta. Hizo un suspiro cargado, buscando palabras que no llegaban.
Observó a Yoko, tan cercana y familiar, pero hoy había algo diferente en su mirada, algo que la hacía sentir vulnerable.
Trató de recomponerse, pero la tensión la invadía. Yoko simplemente había hecho la misma pregunta de todos los días, pero ahora Faye no podía siquiera mirarla sin que su corazón se acelerara.
—E-eh... Sí, claro.— Logró decir finalmente, con una sonrisa nerviosa.
Por dentro, se preguntaba cómo algo tan cotidiano había cambiado tan radicalmente en un solo día. Se sentía inquieta, como si algo dentro de ella estuviera despertando y no supiera cómo manejarlo. La cercanía de Yoko, antes reconfortante, ahora la dejaba con una mezcla de anhelo y confusión que no podía explicar.
—Mmh ¿Acaso dudaste de tu respuesta?.
Faye se sintió atrapada por la mirada de Yoko, sus pensamientos revoloteando como mariposas en su mente.
—No, no. Es solo que tengo muchas cosas en la cabeza, simplemente eso.— Dijo, intentando sonar casual mientras sus dedos jugueteaban con la manga de su suéter.
Yoko la miró con curiosidad, sus ojos grandes y tiernos llenos de preocupación.
—¿Estás bien?— Preguntó suavemente —Pareces algo distraída hoy. ¿Hay algo de lo que quieras hablar?.
Faye sintió un nudo en la garganta. Quería abrirse, pero temía revelar los pensamientos confusos que había comenzado a tener desde la mañana.
—Estoy bien, en serio.— Insistió, forzando una sonrisa —Solo que he estado pensando mucho últimamente. Ya sabes, sobre el trabajo, la vida en general...
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Mil maneras de amarte
RomanceYoko Apasra, una joven actriz ambiciosa de 23 años, y Faye Peraya, una talentosa actriz de 29 años, se conocen en un casting para la serie "BLANK The Series". Ambas destacan por su talento y química frente a las cámaras, logrando quedarse con los pa...