Eso es un secreto.
Cuando Yoko llegó a mi casa. La invité a entrar y le ofrecí un café caliente mientras se acomodaba en el sofá. Había tensión en el aire, reflejo de los días que habíamos pasado distantes.
—Gracias por venir.
Rompí el silencio que se había vuelto casi insoportable.
Yoko asintió, evitando mi mirada por un momento antes de fijar sus ojos en su taza de café.
—¿De qué querías hablar?.
Ella tomó un profundo aliento, mientras se tomaba un momento para responder.
—P’Faye, siento mucho cómo han sido las cosas últimamente. Necesitaba un momento para pensar. No quería que esto fuera tan difícil para ti... para nosotras.
La sinceridad en sus palabras me conmovió, pero también me llenó de preguntas.
—¿Qué está pasando, Yoko? ¿Hice algo mal?.
Ella levantó la mirada, sus ojos reflejando una tormenta de emociones que parecían desbordarse.
—No, no es eso. Es que... todo esto, tú y yo, me ha estado afectando de maneras que no esperaba. Me siento confundida y a veces abrumada.
Intenté mantener la compostura, pero mis palabras salieron con un tono de urgencia.
—¿Confundida? ¿Sobre nosotros?.
Ella asintió lentamente, jugando nerviosamente con su taza.
—Tu comportamiento distante... me ha afectado más de lo que creía posible. Siento como si hubieras levantado un muro entre nosotras y no sé por qué.
Yoko respiró hondo.
—No ha sido fácil para mí tampoco. No quería que te sintieras así, pero... me asusta lo que siento.
Mi corazón se aceleró..
—¿Te asusta? ¿Qué es lo que te asusta, Yoko?.— Pregunté, mi voz saliendo con más fuerza de la que pretendía. —Porque para mí, ha sido como caminar en la oscuridad, sin saber si estoy sola en esto o no.
Yoko cerró los ojos por un momento, como si luchara por encontrar las palabras adecuadas.
—No es tan simple. Estoy asustada, P’Faye. Asustada de mis propios sentimientos, y porque tengo miedo de que esto complique nuestro trabajo.— Tomó un suspiro antes de continuar. —Me he sentido distante porque no sabía cómo lidiar con esto, y al mismo tiempo, me he sentido... celosa.
Sentí que mi corazón latía más rápido, comprendiendo el peso de sus palabras. Me incliné hacia adelante, queriendo asegurarme de que me escuchara claramente.
—Yoko, entiendo tus miedos. También siento algo, algo que no es solo profesional o amistoso. Pero esta indiferencia tuya, este distanciamiento... me ha herido. Me sentí rechazada, como si lo que compartimos no significara nada para ti.
—No quería herirte, P’Faye. Me alejé porque pensé que era lo mejor, que así evitaríamos complicaciones en el trabajo y en nuestra amistad. Pero al hacerlo, solo empeoré las cosas.
Una lágrima silenciosa cayó por su mejilla. Sin pensarlo, me senté a su lado y tomé su rostro entre mis manos, limpiando su lágrima. Yoko tenía un puchero, una expresión de llanto contenido que la hacía ver tierna y vulnerable al mismo tiempo.
—No tienes que manejar esto sola. Estoy aquí. Pero debemos ser honestas la una con la otra, enfrentar esto, sin importar cuán complicado sea. No podemos seguir así, evitándonos y fingiendo que nada pasa. Pero también entiendo si necesitas espacio para procesarlo.
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Mil maneras de amarte
RomanceYoko Apasra, una joven actriz ambiciosa de 23 años, y Faye Peraya, una talentosa actriz de 29 años, se conocen en un casting para la serie "BLANK The Series". Ambas destacan por su talento y química frente a las cámaras, logrando quedarse con los pa...