La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy. —Séneca
—¡Rápido! No hay tiempo. Ustedes, traigan más agua. ¡Pero ya!
Correr, correr, correr. Rápido, rápido, rápido.
La casa, no, la que alguna vez fue casa, ahora estaba reducida a nada más que escombros.
—¡¿No me escuchan?! ¡AGUA!
—Hipo... es todo.
—No... ¡NO!
¿Hasta dónde llega la imprudencia cuando te enamoras?
—¡Debo salvarla! ¡Debo salvarla!
—No lo hagas, ¡Hipo!
Patán, Patapez, los gemelos e inclusive Bocón, tomaron a Hipo de los hombros, este último lo cargo y lo llevo a el gran salón, antes de que cometiera alguna estupidez. Estoico estaba incado en señal de derrota y tristeza.
Todos tenían razón, ya no había nada que hacer. La casa había colapsado, enterrando dentro a sus dos ocupantes.
—¿Tú sabes que le paso?
Las personas hablaban, pero nadie sabía el origen de ese fuego.
—Pobre Hofferson, tenía toda una vida por delante.
~*~
La noche fue premiada con una bella Aurora Boreal, pero esta, ahora se había apagado dando paso a un bello día azulado.
El día en Berk comenzó como cualquier otro; Patán y Diente Púa golpeando rocas, Patapez estudiando la herbolaria del lugar por centésima vez, los gemelos haciendo travesuras a los aldeanos e Hipo y Astrid volando juntos con Chimuelo y Tormenta.
La aldea completa estaba en movimiento: panaderos, agricultores, pescadores, todos estaban en sus respectivas tareas.
— ¡Vamos! Rápido. —Astrid reía sonoramente, e Hipo se maravillaba con su sonrisa. —¡Más rápido, Tormenta! Debemos demostrarles a los chicos quien manda.
No importaba cuanto lo intentará, era obvio quien era el destinado a los cielos.
Con una simple inclinación hacia adelante, Hipo junto a Chimuelo dejaron por detrás a Astrid y Tormenta.
—¡Acéptalo, nunca podrás ganarnos!
—¡No cantes victoria!
Las primeras horas del día se fueron en jugarretas por los aires y maniobras complicadas, las cuales contenían en si los cuatro elementos principales: Agua, fuego, tierra y aire.
¿Quién podía sacarle mejor provecho a estos?
Primero Astrid, ella y Tormenta dieron varias vueltas por el aire, tocaron un momento la tierra de un monito y con una voltereta envuelta en llamas se acercaron peligrosamente al mar, alzando el vuelo a centímetros del agua. Después, volvió con Hipo.
—Mejora eso, cabeza de charal.
Hipo solo sonrió y montó a Chimuelo.
Con un leve impulso despegaron del suelo para unirse al cielo, adquiriendo velocidad por cada segundo que pasaban en el aire. Primero dieron tres vueltas horizontales en el aire, enseguida se acercaron a un monolito algo alejado de donde estaba Astrid, Hipo dio la orden y Chimuelo lanzo su ataque con el rugido característico del Furia Nocturna, un gran pedazo de roca se desprendió de dicho monolito y cayó al agua, causando un splash de agua salada. De nuevo el rugido del furia nocturna, pero esta vez dirigido al enorme geiser de agua, al chocar ambos se dio una reacción hermosa, pues seis colores salieron de este formando un arcoíris.
De nuevo había ganado Hipo.
—Solo puedes hacer eso por tu velocidad.
—Velocidad que tú no tienes, cariño.
—Algún día la tendré, ya verás.
—Hasta que ese día llegue, sigo siendo el número uno. —Terminó Hipo, con un tono burlón.
Al regresar a la aldea, todos aplaudieron a Hipo, y este solo sonreía, confundido.
—Muy hermoso lo que usted hizo —decían unos, —Cuando pueda vuélvalo a hacer. —Decían otros.
Después de muchos elogios a su persona y de pensar en que había hecho, reparó en que, a pesar de que se había alejado de Berk lo suficiente como para no crear destrozos con sus juegos, no estaba lo suficientemente lejos como para que no los vieran.
—¡Esta noche es de fiesta! —Se escuchó a lo lejos, era Estoico, padre de Hipo.
—Pero papá, no puedo esta noche. Prometí a As-
—Ve, es tu fiesta. —Interrumpió Astrid —Podemos salir a volar cualquier otro día, ¿no?
—¿Segura?
—Claro, quiero practicar un rato con Tormenta.
—Entonces, ¿no vendrás?
—No, lo siento. Bueno, me voy a alimentar a Tormenta, nos vemos después chico siempre-voy-a-ser-el-número-uno.
—Nos vemos.
~*~
Esta era la oportunidad que estaba esperando, Astrid estaría sola e Hipo estaría en una fiesta, lejos de ella.
En uno u otro momento la noche cayó sobre la aldea de Berk y, después de tanto tiempo, el plan de Jack se ponía en pie.
Como era de suponerse, Astrid estaba en su casa alimentando a Tormenta, e Hipo estaba en su fiesta.
De nuevo, Jack llevaba puesto el collar, solo por si acaso alguien que pudiera verlo llegar antes de lo planeado.
—Vamos adentro, Tormenta.
Sin que ella lo supiera, le estaba haciendo el trabajo más fácil a Jack. Esto sin duda sería, como quitarle un dulce a un bebé.
Con un soplo en la cerradura esta se congeló, perfecto.
Astrid no podría abrir y nadie sospecharía de él, pues el hielo se derretiría antes de que se dieran cuenta del suceso, pero después de que Astrid... hubiera muerto.
¿Por qué lo hacía? ¿Por qué a ella que aún podía escucharlo? Al hacer esto estaría faltando a su juramento como guardián, y si se enteraran, seguramente una disculpa no sería suficiente. Pero era por él...
Tomó un leño encendido que encontró en la chimenea de una casa cercana y lo lanzó en el segundo piso de la choza de madera, así aun cuando quisiera escapar por la ventana, está ya estaría en llamas.
Y así fue.
El humo salía por arriba de la casa, pero ver humo en Berk era tan común como respirar, así que nadie fue a ayudar antes de que la casa estuviera envuelta en llamas.
Astrid se encontraba adentro, junto a Tormenta.
Hay una cosa que no saben sobre los dragones, después de alimentarse a base de pollo (secreto que Astrid había, suciamente, guardado de Hipo pues las proteínas de éste animal aportaban mayor velocidad a su dragón), estos necesitan un tiempo de reposo, para que su sistema aproveche eficazmente las proteínas y después convertirlas en energía.
Tormenta sufriría el mismo destino que Astrid.
Antes de que Astrid muriera, Jack entró a la casa en llamas, cuando eres inmortal el fuego no es algo que te preocupe.
—Te dije que te alejaras de Hipo.
>>>>> ¡Boom! Uno de los capítulos más... interesantes (?) Desde luego Hombre de la Luna no le dio esa idea Jack, por su bien que no se enteren. O le va a ir como en feria :v xD Gracias por sus comentarios, me animan mucho. Ultimamente estoy teniendo ataques de inspiración por lo que ya avance un par de capítulos al fanfic :3
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Remembering
FanfictionJack se ha reencontrado con Hipo después de cinco años de creer que él estaba muerto. Sus planes, ahora que sabía que Hipo estaba vivo, eran pasar el resto de su vida juntos, pero él no contaba con Astrid, la ahora novia de Hipo. El amor hará que J...