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La familia Jang destacaba por tener tres hermosas mujeres. La madre; Taeyeon. La hermana mayor; Jennie. Y Wonyoung...

Jennie obviamente era la chica perfecta, nunca se quejaba por nada y sólo se preocupaba de cumplir las expectativas de su madre. Al mismo tiempo, acababa de graduarse de la universidad con honores de la carrera «Administración de empresas», siguiendo los pasos de su padre.

Por el contrario estaba la hija menor, Wonyoung, ella nunca lograba destacarse lo suficientemente en algo, ya que Jennie era tan buena en todo lo que hacía, que siempre la opacaba.

A duras penas tenía amigas. Porque sus padres eran tan estrictos que no le permitían interactuar con nadie más de lo suficiente. Prácticamente era imposible mantener una relación normal con los horarios que le imponían y la supervisión constante. Por lo mismo, Wonyoung ha experimentado una profunda soledad desde pequeña. A pesar de tener una gran casa llena de personas, no tenía en quien confiar.

De hecho, la supervisión llegaba a niveles tan extremos que los Jang se habían encargado de contratar a alguien que la llevara y trajera desde la Universidad. Aunque por suerte, su chofer era una chica de su edad, Kim Gaeul. En este último año, se habían vuelto lo suficientemente cercanas como para considerarse amigas  y ella era la única  persona dispuesta a ayudar a Wonyoung a salir de la cárcel en la que habitaba.

Todos los días, sin falta, Wonyoung se cuestionaba si valía la pena seguir viviendo así. Después de todo, lo único que escuchaba era: «Hija, nunca vas a ser tan buena como tu hermana, sólo deja que ella se encargue». Y cada vez que intentaba desviarse de sus revisiones diarias, aparecía un mayordomo persiguiéndola.

Estas pequeñas cosas ya habían colmado su paciencia y Wonyoung estaba lista para huir. No le importaba si su vida de lujos se iba a las pailas, ella solo quería ser libre. Probablemente no podría seguir estudiando su carrera que tanto amaba y tampoco viviría una vida de fantasía, pero Wonyoung estaba dispuesta a perder eso, con tal de ser feliz.

# ➳ Wonyoung POV

Hace días comencé a hacer mis bolsos, disimuladamente, cosa que nadie notara que me faltaban ciertas prendas. Ahora, solo me quedaba encontrar el momento perfecto —y el valor suficiente— para salir por esa puerta y no nunca más volver.

En ese instante la persona que menos quería ver, entró a mi pieza; Jennie.

JE: Permiso.

WY: ¿Qué quieres?

JE: Mamá te llama.

WY: Bien.

Cada momento que pasaba cerca de ella, el resentimiento crecía más y más. A este punto, me molestaba incluso su presencia. Ya no había vuelta atrás.

WY: ¿Se te ofrece otra cosa?

JE: No...

WY: Pues vete.

JE: Sólo quería decirte que te quiero hermanita...

La miré e intenté fingir una sonrisa, después de todo, ella no tiene la culpa de que nuestros padres la prefieran.

WY: Dile que ya voy.

¿Ahora qué quieren de mi?

Bajé rápidamente y estaban los dos, no solamente mi madre, sentados en una posición bastante seria.

PA: Hija arréglate.

MA: Tenemos que asistir a una cena.

WY: ¿Puedo quedarme aquí?

MA: No.

WY: ¿Y para qué me necesitan allá? Siempre me dejan faltar...

PA: En el camino te explicamos.

Volví a mi habitación y esto, parecía ser una señal del destino. Quizás me trataban de decir que nunca podría salir de aquí. Aunque después de todo, solo era una cena. Mañana podría escabullirme de madrugada.

De las pocas cosas que me quedaban en el armario, me vestí como pude. Un pantalón negro y una blusa celeste bastante suelta.

Me senté frente a mi tocador. El espejo estaba cubierto de polvo, ni siquiera me esforcé en limpiarlo. Ya se notaba mi cara de frustración y no sé en que momento comenzaron a temblarme tanto las manos. Probablemente es todo el misterio tras esta simple "cena", ya no sé que esperar de mis padres.

Estaba terminando de peinarme y sentí como otra persona se acercaba. Era mi madre. Lo sé solo por el ritmo de sus pisadas.

MA: Apúrate, Wonyoung. No podemos llegar tarde.

Me estaba diciendo con un tono bastante agresivo mientras abría la puerta para que la escuchara mejor. Me volteé lentamente para encontrarme con su tétrica mirada.

WY: ¿A dónde vamos? ¿Por qué están tan apurados?

Le pregunté con curiosidad, pero mi madre solo levantó los hombros. Sin siquiera darme alguna explicación, cerró la puerta y se fue.

(...)

Ya llevabamos unos minutos viajando, no me sorprendió que escogieran justamente el auto más lujoso de la colección, realmente ya me sentía alarmada por tanto misterio.

Y sobretodo, me preocupaba que Jennie no nos acompañara, porque eso significaba que lo que fueramos a hacer, me afectaría directamente a mí.

Deal - AnnyeongzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora