Deal - Annyeongz

#23

El tan ansiado viernes había llegado y Yujin ya se encontraba en la puerta de la casa de los Jang. Aunque temía entrar, ya que nunca lo había hecho, pero más temía lo que podría decirle Taeyeon.

Hasta que tuvo el coraje suficiente —más bien impulsada por el hecho que Wonyoung parecía no estar allí—, se acercó a la oficina de Taeyeon con la ayuda de la ama de llaves.

Tocó la puerta y pasó lentamente para encontrarse con los rabiosos ojos de Taeyeon.

TA: ¿An Yujin?!

YJ; Permiso...

TA: Tu padre no me comentó que vendrías.

YJ: Yo le pedí que no lo hiciera.

TA: Mmm... ¿Y qué te trae por aquí?

YJ: Quisiera consultarle algo.

TA: Habla.

Esa palabra le dio escalofríos a Yujin, quien al mismo tiempo, estaba pensando en una excusa suficientemente convincente para obtener el permiso de Taeyeon.

YJ: Mis amigas de la academia organizaron un viaje durante el fin de semana. Y bueno... todo el mundo invito a gente nueva y yo aún no tengo a quien llevar...

TA: Ve al grano.

YJ: ¿Dejaría que Wonyoung nos acompañara?

TA: Acaso no sabes que no le tengo permitido a Wonyoung que tenga amigas, ni menos quiero que siga pasando tiempo contigo.

YJ: Por favor...

TA: No comprendo tu interes en mi hija.

YJ: Pues... ¿es la persona con la que me voy a casar?. Tengo que esforzarme en conocerla al menos.

TA: Me refiero a que Wonyoung no tiene ningún talento. Vive con la cabeza agachada, literalmente es como un robot. ¿Para qué querrías conocerla?

Yujin estaba enfurecida por lo que acababa de escuchar, pero sabía que si le llevaba la contraria a la señora, no conseguiría nada. Así que solo se quedó en silencio y le suplicó a Taeyeon con la mirada.

TA: Eres bastante perseverante.

YJ: No me gusta rendirme tan fácil.

TA: El domingo a las doce en punto las quiero de vuelta. ¿Entendido?

Esta vez Yujin asintió frenéticamente y le agradeció como pudo a la horrible mujer que tenía enfrente. Taeyeon solo miró la hora.

TA: Wonyoung ya debe haber llegado, así que vayanse antes de que me arrepienta.

YJ: No se preocupe. Nos vamos al tiro y el domingo a las doce estamos de vuelta. Sin falta!

Yujin salió prácticamente corriendo y con ayuda de un mayordormo pudo llegar a la pieza de Wonyoung. La casa de los Jang no era tan grande pero parecía un laberinto. Tocó la puerta energéticamente hasta que escucho un «Ya voy» lleno rabia.

A penas se abrió la puerta se lanzó encima de Wonyoung para abrazarla y terminaron tropezándose hasta caer en la cama.

WY: ¿A-an Yujin? ¿Cómo se te ocurre?! Casi me matas de un infarto!

YJ: ¿No viste el auto afuera?

WY: En realidad...

YJ: Me odias.

WY: Que no!

Yujin se acercó hasta su oído para susurrarle lo siguiente:

YJ: Tengo muy buenas noticias mi princesa.