༻ Cachorro blanco 𓈒ㅤ⋆ㅤ

195 10 4
                                    

A Giyuu le dan miedo los perros.
Pero Sanemi lo acogerá en sus brazos
cada vez que pase.

Caminó junto a su cuervo Kanzaburo en su hombro derecho que parloteaba sin cansancio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caminó junto a su cuervo Kanzaburo en su hombro derecho que parloteaba sin cansancio. Salió ileso con un par de heridas superficiales de una misión que se le asigno hace un par de días, con éxito, pudiendo decapitar a el demonio que atormentaba una aldea en un territorio lejano, con fortuna era de rango bajo pero su técnica de sangre de demonio fue algo irritante, durando no mucho por su lentitud al tirar ataques.

Kanzaburo era un cuervo bastante viejo, pero no era tonto, sabe hacer su trabajo y por más que sea despistado o lo confunda, lo quiere. En ese entonces, su cuervo se va volando, un poco asustado. ¿Que le habrá pasado? Mayormente le decía donde se iba, es extraño la manera en la que se fue.

Siguió su camino encontrándose con el pilar del viento, Sanemi Shinazugawa, este le mandó una mirada de que si le hablaba lo mataría, o eso cree, este se acerco a él.

— ¿Que miras, rata? — Dijo, mientras frunció el ceño.

— Nada. — Contestó, sus ojos se dispersaron a otro lugar, tratando de ignorar el latido fuerte dentro de su pecho.

A Shinazugawa se le enmarcó una vena en la frente, mostrando lo enfadado que estaba, le toco el hombro izquierdo, quedando atrás de él, apunto de iniciar una fuerte discusión, que si fuera sincero, solo lo haría para poder charlar solo un poco más y escuchar esa dulce voz que lo traia loco.

Un ruido en los arbustos los paralizo en su corto e incómodo saludo, los dos estaban atentos de cualquier amenaza. La sombra salió. ¡Era peor que un maldito demonio! Por su miedo inexplicable, se hizo para atrás, siendo acogido en los brazos del pilar que lo atraparon, o más bien fue algo impulsivo de parte de él.

La pequeña sombra negra era un pequeño cachorro de pelaje blanco muy amigable que coleaba a la dirección de los dos pilares. Sanemi miro incrédulo.

— ¿De esto estabas tan asustado? No puede ser. — Se burló, riendo despacio, el azabache solo se acomodo en su cuello.

Tomioka se removió entre los brazos fuertes del pilar, temblando, el cachorro solo se acercaba más buscando caricias, haciendo que el pilar se aferrara con fuerza al atuendo de Shinazugawa. Este no hizo ningún aporreo hacia la acción tan intrépida e impulsiva, mas bien se le hizo tierno.

Puede que haya tenido unos sentimientos que aguardo en una caja de metal dentro de su corazón desde que lo vio por primera vez, tratando de hablarle, aun que su paciencia y su personalidad le jugaron bastante en contra. Tomioka se cerró los ojos.

El cachorro blanco por la poco atención que se le brindo, se termino yendo donde vino.

— Oye, ya se fue. — Abrazó al pilar, que no quería mirar.

Los ojos azulados, una mirada seria pero con miedo en ella.

Junto con el color violeta de las pequeñas pupilas del pilar.

A Giyuu le hizo sentir seguro cosa que no experimento hace años, hasta hace un momento. Su miedo había desaparecido por completo, solo se quedo ahí, observando las facciones que una vez tanto adoro, pero como estaban en una era que aborrecía este tipo de amor, se digno a solo encerrarlo, tratando de que no se diera cuenta ni el que estaba al frente suyo, ni los demás.

Un cálido abrazo entre dos pilares que nunca podían verse, pues siempre terminaban discutiendo por la poca socialización y sin pelos en la lengua del agua, junto con la ira e impulsividad del viento, no era una buena combinación de personas.

Tal vez, solo tal vez, entre ellos solo había un mal entendido de su físico que sus corazones verdaderamente no sentían. En ese encuentro de debilidad, podría ser un comienzo de un enamoramiento que llevaba meses encerrado entre las dos almas que al fin conectaban. No basto con decir una palabra para entender lo que ellos sentían. Solo entre ellos, sabían lo que sus ojos les trasmitían.

Y ahora que sus sonrisas aparecieron les confirmaban a Tomioka y a Sanemi, que sus sentimientos eran correspondidos.

Y ahora que sus sonrisas aparecieron les confirmaban a Tomioka y a Sanemi, que sus sentimientos eran correspondidos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Primer One-Shot terminado.

¿Por qué Kanzaburo se fue? El cuervo le tiene miedo a los perros. Si, de tal palo tal astilla.

706 palabras.
Gracias por leer.

Caracolas  | OS'S Sanegiyu      [ACTUS LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora