Capítulo 11

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Holi. Les dejo la canción que se menciona en este capítulo en multimedia, traducida al español y así por si no la conocen y quieren escucharla. 

Espero que les guste mucho este capítulo jiji, ¡nos vemos!


Vegetta.


Había tenido el corazón roto antes.

No era ajeno al sentir dolor en cada fibra del pecho cada vez que recordaba ese nombre que alguna vez le arrancó suspiros que inspirarían poemas de amor y novelas infinitas.

Recordaba perfectamente el nudo en la garganta cada vez que algo le recordaba a él y, es que, era tan sencillo.

El verde era su color favorito. No podía salir sin pensar en él. Estaba en todos lados.

Pasó meses sin probar un sólo bocado de pasta. Eso cenaron en su primer aniversario.

Detestaba cada nota de aquella canción que le recordaba a cuando bailaban en su habitación; a las manos firmes sobre su cintura, a los pasos descoordinados, a las risas suaves y a los besos que le seguían.

Frente al espejo había una carcasa pálida y ojerosa que contenía todo el amor que alguna vez le entregaron, en tatuajes dorados de caricias que se opacaban cada vez más.

Juraba que podía oler su fragancia cuando no podía dormir y lo único que le quedaba era memorizar las grietas de pintura en el techo de la habitación que compartía con Luzu.

No era ajeno al sentimiento de entregar el corazón latiente y vivo sólo para ver cómo perdía, poco a poco, cada uno de sus latidos entre las manos ajenas.

Extrañar a Foolish había sido un infierno.

Y en ese momento, de pie, bajo la lluvia artificial de su regadera y la mirada perdida en la unión de dos azulejos en específico, sabía que el sentimiento aglutinado en su pecho no se debía precisamente a eso... Y no sabía qué era peor: Entregar el corazón y ver cómo lo rasgaban cruelmente frente a sus ojos o tener litros de sangre ajena escurriéndole entre los dedos, contaminando el agua que caía junto a sus pies y hacía remolinos antes de irse por el drenaje.

Sentía que el tiempo pasaba lento. Tal vez eran los grilletes de culpa que cargaba en los tobillos.

Luzu y Cellbit lo visitaron al día siguiente. Botellas de vino, recipientes negros de plástico con su comida favorita y actitud de detectives. Luzu se había enterado a través de una llamada de Lolito donde habló de la cena fallida y le pidió no mencionarle al actor ni volver a juntarlos. No dijo nada más.

Según Luzu, no pudo decir nada más y los grilletes casi le cortan la circulación de las piernas.

Vegetta tampoco quería hablar, pero su mejor amigo siempre había sido bueno para ver a través de él. Con una sola mirada de rayos láser lo tenía llorando sobre su sofá mientras confesaba sus pecados. Cellbit, sorprendentemente, lo abrazó todo el tiempo. No era entusiasta del contacto físico, pero parecía no importarle en ese momento. Luzu se unió al laberinto de extremidades enredadas después de asegurarse que aquel desenlace no era producto de nada más que incompatibilidades y dudas.

Él asintió con la cabeza, cubriéndose la cara con una copa de vino. El suspiro lastimero que soltó después atrajo la mirada zafiro de Cellbit, que gritaba saber algo más que él le confirmó con una mueca. Lo abrazó aún más fuerte después.

Mientras hacían un maratón de sus películas favoritas, Foolish llamó. Preguntó, en broma, si se había olvidado de él y Vegetta contestó que sólo había perdido la noción del tiempo. No era una mentira. Después, preguntó cómo se sentía y si necesitaba algo. Él le agradeció, le dijo que estaba bien y prometió escribirle a la mañana siguiente.

Rely On The Stars [Fooligetta AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora