Capítulo 23

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Narra Ryder.

Los primeros días aquí son un completo caos. Estuve a una mala cara más de mi compañero de cuarto de largarme, luego me armé de paciencia y seguí desempacando. Vivo en la residencia del campus más alejada del edifico principal, pero más cerca de mi universidad y el campo de Lacrosse. Así que supongo que entiendo porque a esta la llaman la residencia de los deportistas.

Mi compañero de cuarto se llama Bruno, va en segundo de carrera, no lo sé porque me lo haya dicho él, muy al contrario, lo sé porque en la puerta hay un cartel que lo pone, ahora también está mi nombre, cosa que tampoco me ha preguntado. Cada vez que le hablo solo rueda los ojos, y gruñe, estoy empezando a pensar que es mudo, o simplemente subnormal. De todas maneras me recuerdo otra vez, paciencia, solo llevo aquí un mes.

Pero es que ahhggg, es insufrible, cuando se mete al diminuto baño que compartimos, aunque sea solo a lavar los dientes cierra con pestillo, su lado de la habitación está completamente inhabitado, no tiene ni una sola foto, ni ningún tipo de decoración, tiene la cama hecha y da gracias. También una gorra gris que se pone cada vez que sale del cuarto, o sea que relativamente poco. Por lo menos tengo la garantía que no me van a entrar a robar con semejante perro guardián dentro.

A eso súmale que, he visto mis horarios de este primer cuatrimestre y son una completa mierda, Frankie no tiene tiempo casi ni de respirar porque decidió que seria una buena idea apuntarse a mil extraescolares antes de que empiece el curso legalmente y no me puedo sentar con nadie conocido a charlar. Además, ¿quién decidió que esto de las tecnologías era el futuro? Hablar con Lena por teléfono es una mierda, o yo estoy durmiendo o lo está ella. Si en vez de renovar más modelos de móviles, gastaran ese pastizal en investigar como construir una puerta tele-transportadora mitad de mis problemas estarían resueltos.

Bueno, Rodrick también está en nuestra misma zona horarias y me manda algunos audios de vez en cuando pero está bastante liado grabando y pasándosela bien que cuando tiene un rato libre prefiere hablar con su novia. Lo entiendo.

Con el único que puedo mantener conversaciones de horas habitualmente es con el abuelo, ambos tenemos un insomnio que nos lleva atormentado unos cuantos años y lo utilizamos para nuestro beneficio en este caso. Ni si quiera he empezado clase y ya estoy deseando que den las vacaciones de navidad para ir a pasar unos días a Manu Bay.

Así que si, puedo definir mi vida este último mes como un completo caos.

– ¿Puedes dejar de menear la pierna? Me está jodiendo la vida el ruido de los muelles de tu cama.

Casi me levanto del asombro de la cama, es la primera vez en semanas que habla, dejo de mover la pierna porque con la mirada asesina que me echa tengo miedo de que el perro guardián se vuelva en mi contra.

Tocan a la puerta varias veces, y alguien grita al otro lado.

– Ryder Fear, el entrenador te espera en su despacho.

El tremendo yeti que tengo a mi lado gruñe, se pone los cascos, se cruza de brazos y cierra los ojos, me calzo a toda velocidad para salir de aquí lo antes posible. Cojo la tarjeta identificadora antes de salir y cierro la puerta detrás de mi.

A mi lado camina Jeff Paris, en una de las reuniones que hemos tenido para presentar al equipo él lo ha hecho como el portero y asistente provisional del entrenador, el que ocupaba ese puesto se ha ido por una baja de paternidad, cuando he preguntado su edad nadie me ha contestado lo tomo como una señal de que era demasiado joven.

Me acompaña hasta el despacho y avisa al entrenador que estoy aquí, mientras espero me siento en una de las sillas que hay en el pasillo. Es tan diferente al Manu Bay High que no sé ni por donde empezar a explicarlo. A mi lado hay una vitrina llena de premios, practican a muchos deportes aquí cómo baloncesto, fútbol, y natación. Pero el predominante se nota bien que es el Lacrosse, ocupa el espacio superior de la vitrina y otros dos estantes. Hay algunas que otras fotos de los antiguos capitanes y medallas que han ido dejando ahí. El equipo se llama Dublin Elfs, y nuestro escudo es un trébol de tres hojas con un arcoíris alrededor. La equipación es completamente verde, lo único que cambia son los pantalones que son blancos. Aún no nos han hecho las pruebas iniciales para saber cual será el diez titular y sus reservas. Posiblemente yo sea un reserva por ser de primer año.

Confesarse en voz alta {en edición}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora