Abigail
Estaba desayunando cómodamente en la cocina cuándo mi madre entra acercándose a mí.
-Cariño, tu padre quiere hablar contigo -
-¿Sobre que?- alzo una ceja
Ella se da cuenta de mi recelo ya que es muy raro que quiera hablarme ya que se a empeñado en ignorarme cuando los visito por mucho tiempo.
-Solo ve a verlo ¿si? es importante -
Suspirando me levanto y dejo mi plato en el lavabo, ni siquiera termine de comer, pero de lo que estoy segura es que saliendo de "hablar" con él, ya no tendré apetito.
Subo las escaleras dirigiendome a su habitación, toco la puerta y espero.
-Pasa -
Me adentro y lo primero que me golpea son los olores en la habitación, tenía mucho tiempo que no entraba a su espacio y el ambiente empieza a picarme la nariz.
Cuándo vengo a ver a mi madre procuro no entrar aquí.
-¿Qué nesecitas?- rompo el silencio
Entre más pronto acabe esto mejor.
Mi padre me observa y se levanta del pequeño sillón dónde estaba sentado.
Su gran altura siempre será algo que llame la atención.-Llego el momento de cumplir el compromiso pactado Abigail -
-¿Qué compromiso? -
¿De que está hablando?, No entiendo.
-Tu matrimonio - dice tan campante que casi me voy para atrás.
-¿Matrimonio? -
Definitivamente estoy perdida en esta conversación.
-Porfavor dime qué no lo olvidaste - su semblante cambia a mal humor, me quedo de piedra solo observándolo, a los segundos se da cuenta que no entiendo ni una mierda de lo que está hablando, exhala irritado y se aprieta el puente de su nariz, acción que hace para calmar su temperamento y no explotar con todos alrededor.
-Espero que recuerdes a Lorenzo, el Omega que te presente cuando tenías diez años, dime, ¿Lo recuerdas? -
Busco en mi memoria ese nombre y ese momento. Lorenzo, Lorenzo, me suena, ¿De donde Lorenzo?.
*Flashback*
-Cariño, ven con papá un momento -
Me levanto de la arena donde estaba jugando y me sacudo los pantalones llenos de arena, camino hacia donde me espera mi padre; hay otro hombre con él, alto y rubio, con ojos azules y algo rasgados.
Uso mi olfato para descubrir que casta es, su aroma fuerte me da entender que es un alfa, uno igual de fuerte que papá y yo.-Hija, te presento a Calum, es un socio de papa-
-Es un placer conocerlo señor, mi nombre es Abigail -
-Vaya, que niña tan educada, un placer conocerte también -
Una vez nos saludamos, me pongo al lado de mi padre, él siempre me a dicho que hay que saludar a la gente nueva.
-Calum va presentarte a alguien muy importante y especial para ti hija -
Miro a papá y después al señor Calum, muestro una sonrisa al esperar mi sorpresa.
-Ven aquí hijo- escucho al señor hablar.
Ante mi vista se presenta un pequeño niño, es muy bajito, muy pálido y con pecas en sus rosadas mejillas, su cabello corto es lacio y negro y tiene ojos pequeños e igual de azules como su padre. Es adorable, parece un muñequito de porcelana, me preguntó si querrá jugar conmigo en la arena, él me ve y se esconde detrás del señor Calum, parece que me tiene miedo.
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Tuyo es mi Corazón
Short StoryÉl la acepto desde la primera vez que la vió. Ella lo había olvidado, tenía su vida, otra pareja con la que planeaba estar sus últimos días y derrepente todo se va abajo cuando le recuerdan el compromiso antes pactado. Él se esmera diariamente y ell...