La venganza •|12|•

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«¿Cómo fue que todo tomó un giro tan repentino? Mi vida era perfecta, pero ahora, ¿cómo explico que extraño estar en los brazos de mamá?

Rume, Rusmex, ¿por qué me hicieron esto? —preguntó sollozando el doncel.»

Después de aquel suceso, los medios explotaron con noticias que sacudieron a la comunidad internacional. La renuncia de Bolivia a la Declaración de Derechos Universales provocó un colapso económico inmediato. La moneda boliviana perdió su valor y el comercio con otras regiones se detuvo abruptamente, causando una crisis humanitaria. Muchos bolivianos huyeron de su país en busca de nuevas oportunidades, dejando atrás un país en caos.

Por otro lado, los rumores sobre el matrimonio en peligro entre Rusia y México llenaron los titulares. Aunque por ahora solo eran especulaciones, la tensión entre ambos países era palpable. La pregunta que todos se hacían era: ¿qué ocurrió en esa reunión que llevó a reacciones tan catastróficas?

Mientras tanto, en su despacho, USA sonreía con satisfacción. Había mostrado al mundo un pequeño atisbo de lo que era capaz de hacer para mantener a Perú a su lado. No se detendría hasta que todos se arrepintieran de haberlo desafiado. Para USA, Perú lo era todo, y cualquier intento de arrebatarlo tendría graves consecuencias. Sin embargo, se engañaba creyendo que había ganado definitivamente. Talvez no .

Perú, por su parte, comenzaba a recordar, aunque de manera inconsciente, todo lo que sucedió en esa reunión. A pesar del efecto de la poción y el control de USA, había fragmentos de recuerdos que emergían en su mente. Decidió fingir normalidad, pretendiendo que no pasaba nada, mientras planeaba descubrir la verdad. Algo dentro de él exigía respuestas, una verdad oculta que necesitaba ser desenterrada. Sin embargo, sabía que tenía que actuar con cautela, no podía arriesgarse a que USA o Usper se dieran cuenta de sus verdaderas intenciones. Sobretodo para no herir a su pequeño hijo .

Perú estaba en la cocina, cortando verduras, cuando de repente dejó caer el cuchillo. Al agacharse para recogerlo, USA tomó el cuchillo y se lo devolvió. Perú tembló y desvió la mirada, sintiendo una ola de miedo recorrer su cuerpo. USA lo observó con ojos llenos de crítica y dijo con voz fría:

—Sabes, mi amado esposo, no sospeché nada antes, pero esa reacción me recuerda cómo me rechazabas cuando te mantuve por la fuerza.

Perú abrió los ojos sorprendido, preguntándose por qué USA decía todo eso ahora. Sabía que fue evidente talvez demasiado ,pero esto .

—No hice nada cariño hasta ahora porque quise confiar en Rusia, pero por lo visto, ese inútil me engañó. Así que no tengo más opción que forzarte a olvidar todo otra vez.

Una sonrisa desquiciada se posó en el rostro de USA mientras se acercaba lentamente a Perú. Cada paso que daba hacia él, Perú retrocedía, temblando de miedo. USA sacó un pequeño chocolate de su bolsillo y Perú lo miró con temor y resignación. No quería actuar en su contra, temiendo que alguien más pagara por ello, especialmente su querido hijo. Cuando Perú quedó acorralado contra la mesa, se escuchó el sonido de una llave en la puerta. Era Usper.

Al ver la escena, Usper pensó que había interrumpido un momento íntimo entre sus padres y, avergonzado, dijo:

—Papá, mamá, en la cocina no, por favor.

Sin esperar respuesta, Usper se fue, dejando a Perú y USA solos. Perú miró el chocolate con odio y, cuando intentó resistirse, USA lo tomó de las manos y lo obligó a comerlo con un beso forzado. Perú sintió cómo el efecto del chocolate comenzaba a hacer efecto, nublando sus recuerdos y sumiéndolo en la oscuridad.

Antes de perder el conocimiento, Perú miró a USA con un odio palpable y dijo:

—United States of America, you can go to hell, you sick bastard. Every time I remember, I will always hate you, and don't doubt that one day I will...

Aceptando el mañana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora