Extra : So american

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"El fue la inspiración de muchas de las cartas que he escrito, algún día lo dejará de ser ."

«La adversidad es lo que separa lo bueno de lo maravilloso. Después de todo, las estrellas solo pueden brillar durante la oscuridad.»

El no es una persona común , es tuyo.

Es el tiempo que me dedicaste lo que te hizo mío .

Después de un año de incertidumbre y conflictos, USA comenzó un arduo proceso de sanación. Los recuerdos de sus acciones y la obsesión que había desarrollado pesaban sobre él como una losa, especialmente por su familia. Decidió buscar ayuda profesional, tal como le prometió a su hijo unigénito Usper, pero el camino no fue fácil. ¿Cómo sería fácil si pasó largos años de su vida sin que nada ni nadie lo detuviera hasta ese momento? Pasó por varios terapeutas, psicólogos y psiquiatras, quienes le explicaron que superar algo que había formado parte de su vida durante tanto tiempo sería extremadamente difícil, pues no era algo de lo que te olvidas de la noche a la mañana.

—El trabajo más grande recae en ti —le decían los terapeutas—. Nosotros solo te guiamos, pero debes estar dispuesto a enfrentar tus demonios y cambiar.

USA luchó contra sus propios instintos y trabajó incansablemente en cada sesión, enfrentando sus traumas y obsesiones. Fue un proceso doloroso, lleno de recaídas, más que nada porque cada profesional tenía dificultades para comprender bien su sentir. Por supuesto, también había momentos de desesperación, dolor y cuestionamientos, especialmente de Perú y Usper. Pero poco a poco, comenzó a ver los frutos de su esfuerzo. Empezó a entender que el amor y la obsesión no eran lo mismo, y que debía aprender a amar de una manera sana, sin controlar ni poseer. Cada quien es libre, y había más maneras de serlo; nadie es dueño de nadie y no pueden ser forzados a algo que no han elegido vivir, pues no tienen la culpa de ello.

Ahí se dio cuenta de que la razón detrás de su obsesión por el peruano no era otra que el simple hecho de que nunca se le negó nada de lo que pidió en su niñez. Al principio, tener a Perú fue un capricho, pero luego se dio cuenta de que realmente amaba a Perú, con o sin obsesión. Se preocupaba por su bienestar y siempre procuraba por su marido (sí, USA se negó a divorciarse). Ahí lo entendió: su sentimiento era puro, aunque fue cruel obtenerlo de manera brusca y sin pedir perdón o permiso al mismo peruano. Cuánto se arrepintió por ello, pero estaba decidido a remediarlo. Iba a darle la libertad que tal vez nunca le dio y amarlo profundamente, reconquistarlo, pero esta vez con amor y cariño real.

Mientras tanto, Perú también vivía su propio proceso de sanación. Al recuperar sus memorias, se reunió con sus hermanos y descubrió que tenía muchos sobrinos que no conocía. Aunque les llamaba hermanos, le contaron que no existía un lazo de sangre, sino uno construido por las circunstancias y el afecto mutuo. Contaron muchas divertidas anécdotas de las que Perú no se recordaba, pero él admitió que reía y sentía que realmente había estado ahí, algo dentro suyo le indicaba que sí.

Pero los latinos, al ver el actuar tan fino de Perú, se preocuparon. El peruano no era así, bueno, no al menos el que ellos recordaban.

—Debemos volver a peruanizarlo —dijeron los hermanos latinos, preocupados por el tiempo que Perú había pasado lejos de su cultura.

—¿Pero cómo peruanizamos a un peruano? —se preguntaban desesperados, especialmente cierto brasileño.

Decidieron buscar a Cusco, uno de los departamentos más emblemáticos de Perú, esperando que pudiera ayudarles. Cuando Cusco vio a los latinos, suspiró y estaba a punto de llamarlos "tontitos, ¿qué hicieron esta vez?", pero cuando vio a Perú, lágrimas brotaron de sus ojos y corrió a abrazarlo.

Aceptando el mañana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora