CAPÍTULO. 2 ~Buena Compañia~

86 11 14
                                    

Silencio es lo que avía en aquellos pasillos, todos y cada uno de los estudiantes se encontraban en sus respectivas clases por lo que los pasillos estaban desolados, no fue asta que sonó la campana que todos salieron, para algunos sus clases y materias habían finalizado mientras que para otros apenas empezaban o iban por la mitad, una vida normal de universitarios.

—Bueno eso sería todo por hoy, recuerden traer sus presentaciones y las ideas para la próxima representación, los veo mañana.— Un sí unísono resonó en aquella aula parecida a un estrado judicial.

Gran parte de los estudiantes salieron del aula, mientras que otros se quedaban para dar un repaso a sus apuntes o simplemente platicar con otros compañeros, pero aquel profesor se fijó en cierto chico que no solía llamar la atención, acercándose cauteloso a donde se encontraba.

—Me enteré que entraste al nuevo grupo de ayuda que formó el director, ¿como te fue? ¿Quieres hablar?—pregunto de manera respetuosa, manteniendo un tono sereno y una mirada amable.

No solía relacionarse de manera muy directa con sus estudiantes ya que tenía la filosofía de no mezclar trabajo con vida personal, pero con aquel muchacho era un caso diferente, no sólo por que era uno de sus mejores estudiantes, si no por que también era uno de los que tenían la peor fama de la escuela y no sólo como profesor, si no también como abogado quería ayudar a todos los que le fueran posible, sobre todo si se trataba de jóvenes.

Una mirada no tan agradable le fue dada, haciendo que retrocediera unos cuantos pasos, aquel muchacho solamente desvío su mirada, guardando sus últimos libros en su mochila y listo para irse, odiaba cuando se metían en su vida privada, prefería no llamar la atención pero era imposible no hacerlo.

—No, no me interesa, además, ¿a usted que le importa? Recuerdo que el primer día dijo que no entablaríamos una relación más haya que no fuera profesional, así que por que le interesa.—

La mirada de aquel muchacho reflejaba odio y molestia, si esas fueron sus palabras pero como abogado y maestro ya no podía pasar por alto todo lo que le pasaba y hacia, ya iban a ser más de dos años conviviendo con él, ya no podía simplemente ignorar lo que le pasaba pero sin importar que sabia que no podía entrometerse donde no lo incumbía, ni como abogado ni como maestro.

—Lo digo simplemente por que sabes perfectamente que esta carrera requiere total concentración, no puedes involucrar sentimientos o vida privada, lo sabes.—

No quería sonar enojado o como una mala persona pero con la actitud que tenía no había mucho que hacer, si era un excelente estudiante, pero no podría rendir como abogado si seguía con esa actitud, menos con el historial que tenía.

—No soy estúpido, se lo que conlleva este trabajo, no por nada tome la decisión de estudiar la carrera, así que no me lo repita y si me disculpa, tengo que ir a recoger a Karl, así que adiós.—

Antes de que se fuera lo sujeto por el hombro, sabía que no era correcto lo que iba a hacer pero no quería que siguiera de esa manera. —Ojalá todo salga bien, Alex.—

—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Centro de ayuda {Omegaverse}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora