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- Historia +16
- Posibles errores ortográficos y gramáticos. :')
- Sabrozura. 7w7
- Vivi los quiere muchooooo. <3 (?)
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Chan tragó grueso ante las palabras del líder de BTS. Siendo sincero, sabía que estaba la gran posibilidad de que el odio que se mostraba en los ojos de RM lo haría realidad en cualquier momento con los puños, pero por alguna razón BangChan quiso ser un desvergonzado. Sí, había sido descubierto junto contigo, sin embargo el alcohol de la cara champaña estaba haciendo estragos en su cabeza y lo único que se le pudo ocurrir fue acercarse a tu esposo para empujarlo levemente hacia afuera. "Es cierto, hablaremos en cinco minutos", mostró una sonrisa coqueta acompañada de una despedida con la mano para después cerrar la puerta, dejando atrás a un muy asombrado y furioso RM.
Tan pronto como la puerta se cerró se empezaron a escuchar toques furiosos en la madera, pero lo ignoraron y cuando el más alto se dio la vuelta hacia ti, te jaló de vuelta a sus brazos para seguir en lo que estaban. Los besos subieron de tono a medida que pasaban los segundos, tus manos tomaban su chaqueta y, por el sofocante calor que subía en la habitación, él decidió apartarse unos segundos para quitársela conjunto con la ajustada corbata.
Mostró una sonrisa coqueta cuando tus ojos se detuvieron en su camisa y él, con poca vergüenza, llevó sus dedos a los botones para quitarlo uno por uno con tremenda lentitud, dejando ver poco a poco el cómo su pecho sobre salía. "¿Te gusta lo que ves?" Alzó una ceja divertida cuando terminó con la tarea y dejó que la camisa tomara su rumbo natural. Luego tomó tus manos y las llevó hasta sus pectorales, las fue arrastrando con sutileza por sus músculos y eso hizo que te mordieras el labio mientras suspirabas, pero tu sonrisa se encendió cuando dejó tus dedos sobre las hebillas de su pantalón. "Haz que el matarme con el inútil de tu esposo valga la pena".
Y sí, tomaste su palabra en todos los sentidos, te colocaste de rodillas y él llevó su dedos a tu cabello, tú quitaste el cinturón y el botón de su pantalón con torpeza, y no hace falta describir lo bien que hizo tu boca en el cuerpo de Chan, su cabeza parecía perder el sentido y las lamidas solo le orillaban a soltar groserías de manera tosca. Y sí, en la mente de Chan tu boca valía cada maldita demanda que le pusiera el hombre al que había echado.
