Capítulo 5: Semillas de Atracción

27 6 0
                                    

Dos semanas habían pasado desde que Scaramouche y Kazuha se encontraron obligados a sobrevivir juntos en el entorno hostil del campo de batalla. Durante este tiempo, las constantes peleas y desacuerdos se fueron transformando lentamente en una convivencia más llevadera. Aunque todavía discutían, había momentos de tregua donde la hostilidad se disolvía, dejando espacio para algo nuevo y desconocido.

Al principio, ambos se mostraron reacios a cualquier tipo de acercamiento emocional. Scaramouche, con su carácter abrasivo y defensivo, mantuvo su distancia. Kazuha, con su serenidad y estoicismo, no estaba dispuesto a abrirse fácilmente. Sin embargo, la cercanía constante y la necesidad de confiar el uno en el otro empezaron a erosionar las barreras que habían construido a lo largo de sus vidas.

Una tarde, mientras descansaban cerca del arroyo que habían encontrado, Kazuha rompió el silencio con una observación sobre la naturaleza que los rodeaba. "Es curioso cómo, en medio de tanto caos, la naturaleza sigue su curso sin inmutarse", dijo, mirando las hojas de los árboles meciéndose con el viento.

Scaramouche, sorprendido por el comentario, dejó de lado su habitual sarcasmo y asintió. "Supongo que en algún lugar, la paz aún existe, aunque no sea para nosotros."

Esa conversación, aparentemente trivial, marcó un punto de inflexión. Poco a poco, empezaron a compartir más de sus pensamientos y experiencias. Kazuha habló de su amor por la poesía y la libertad, mientras Scaramouche, aunque reticente, dejó entrever fragmentos de su pasado y sus motivaciones.

Las noches eran particularmente difíciles. El frío y el dolor de sus heridas hacían que el sueño fuera escaso. En una de esas noches, cuando el viento soplaba con más fuerza, Kazuha notó que Scaramouche temblaba a su lado. Sin pensarlo mucho, se acercó y compartió su manto para darle algo de calor. Scaramouche, sorprendido por el gesto, aceptó en silencio.

"Gracias", murmuró avergonzado, su voz apenas audible.

"No lo menciones", respondió Kazuha suavemente. "Necesitamos mantenernos fuertes."

Durante esas dos semanas, sus jefes no dejaron de buscarlos. La desaparición de dos de los comandantes más fuertes e inteligentes de sus ejércitos era un golpe que no podían permitirse. Las búsquedas se intensificaron, y ambos bandos enviaron numerosos soldados para rastrear cada rincón del territorio.

La orden era clara: encontrar a Scaramouche y Kazuha. Eran demasiado valiosos y, aunque nadie lo decía en voz alta, había un respeto mutuo por las habilidades de ambos comandantes.

Una tarde, mientras Scaramouche y Kazuha cazaban para conseguir algo de comida, escucharon ruidos en la distancia. Sabían que sus respectivos ejércitos los buscaban, y aunque no querían admitirlo, había una sensación de alivio y preocupación al mismo tiempo.

"Nos están buscando", dijo Kazuha, su mirada fija en el horizonte.

"Sí, parece que nuestros días de paz forzada están llegando a su fin", respondió Scaramouche con una mezcla de tristeza y alivio.

Decidieron moverse con más cautela, evitando los patrullajes y los sonidos de los soldados que se acercaban cada vez más. A pesar de sus diferencias, ambos sabían que el retorno a sus ejércitos significaría el fin de su frágil alianza y posiblemente, un regreso a la enemistad.

Una noche, mientras descansaban en la cueva, Scaramouche se volvió hacia Kazuha, sus ojos mostrando una vulnerabilidad que rara vez dejaba ver. "Si esto termina y volvemos a ser enemigos... ¿recordarás estos días?"

Kazuha lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de tristeza y comprensión. "Sí, los recordaré. Estos momentos, por breves que sean, son reales."

Al día siguiente, el sonido de un cuerno de guerra resonó cerca de su refugio. Ambos sabían que el momento había llegado. Scaramouche se puso de pie, su expresión endurecida. "Debemos irnos. No podemos quedarnos aquí más tiempo."

Kazuha asintió, sintiendo una punzada de tristeza al dejar atrás la cueva que había sido su hogar temporal. Juntos, se dirigieron hacia el origen del sonido, conscientes de que su tiempo como aliados estaba a punto de llegar a su fin.

Mientras avanzaban, fueron interceptados por soldados de ambos bandos. Los líderes de sus respectivas naciones estaban allí, esperando ansiosamente su regreso. Sin embargo, el reencuentro no fue sencillo. Los soldados se miraron con recelo, y la tensión en el aire era palpable.

Scaramouche y Kazuha intercambiaron una última mirada antes de ser separados por sus tropas. Sabían que la guerra continuaría y que sus caminos volverían a cruzarse, esta vez en circunstancias mucho más hostiles.

Los líderes, aliviados de tener a sus comandantes de vuelta, los llevaron de regreso a sus respectivos campamentos. Sin embargo, en el corazón de Scaramouche y Kazuha, algo había cambiado. Habían compartido un vínculo inesperado, y aunque la guerra los separara, siempre llevarían consigo los recuerdos de esos días juntos.

La paz momentánea había terminado, y la guerra reclamaba nuevamente su lugar. Pero en medio del caos, una pequeña chispa de esperanza y entendimiento había nacido, esperando el momento adecuado para brillar con fuerza.

ᶜᵒʳᵃᶻᵒⁿᵉˢ ᵉⁿ ᴳᵘᵉʳʳᵃ ᴬˡᵐᵃˢ ᵉⁿ ᴾᵃᶻ ¦ ᴷᵃᶻᵘˢᶜᵃʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora