Cuando Katsu se mudó a Miyagi para estar cerca de su hermano, nunca espero tener que soportar a un grupo de cuervos que pareciera venir en un mismo paquete. Y mucho menos enamorarse de un lindo chico pecoso.
Yamaguchi Tadashi x male!oc
La noche era tranquila, la calle estaba vacía y las estrellas en el cielo iluminaban su camino.
Sus manos rozaban intencionalmente de vez en cuando, pero ninguno de los dos tomó la iniciativa.
—¿Hay algo que te preocupa? —el pecoso chocó suavemente su hombro con el contrario para llamar su atención.
—¿Qué te hace pensar eso? —la pregunta lo tomó un poco por sorpresa.
—Solo es que, estos últimos días has estado extraño y realmente me preocupa. ¿Son los exámenes? ¿O las tutorías te tienen muy estresado? Tal vez yo te podría ayudar con eso para que...
—Está todo bien —Katsu soltó una risa ante las divagaciones del menor—. Pero creo que tal vez no tenga que ir con el equipo a Tokio.
Yamaguchi frunció el ceño, ahora realmente preocupado. ¿Por qué no iría? El corazón de Katsu comenzó a latir más rápido de lo normal, los recuerdos llegaban y golpeaban su mente.
—¿Quieres contarme por qué?
El pelinegro suspiró temblorosamente. Luego de mirar a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie, tomó la mano de su novio mientras se inclinaba y apoyaba su cabeza en el hombro del contrario.
—Vamos a casa a hablar —dejó un suave beso en el cuello de Tadashi para luego alejarse y comenzar a guiarlo.
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Cuando ambos ya tenían sus pijamas puestos, se acurrucaron en la cama de Katsu. Esos eran sus planes iniciales, Tadashi se iba a quedar a dormir en la casa del mayor, aprovechando que Tobio había ido a una pijamada, de forma no tan voluntaria, a la casa del pelirrojo del equipo.
El Kageyama mayor prácticamente lo había obligado a salir a convivir con su amigo.
—Ven aquí —Tadashi abrió los brazos para que el mayor se acomodara en su pecho. El gran cuerpo de Katsu se acomodó sobre él, escondiendo su rostro en el cuello del menor—. ¿Quieres hablar de lo que te preocupa sobre volver a Tokio?
Katsu estrechó su agarre alrededor de la cintura de Yamaguchi.
—No tengo muy buenos recuerdos de Tokio —el menor no habló, esperando a que su novio continuara—. En mi antigua escuela descubrieron que me gustan los chicos; no se lo tomaron muy bien.
Tadashi se tensó.
—¿Te hicieron algo?
—Ya sabes, lo normal —Katsu respondió en un suspiro—. Los del equipo de baloncesto me golpearon hasta que lograron dislocarme el hombro.
Yamaguchi se sentó tan rápido en la cama que casi manda a volar a Katsu.
—Pero ¡eran tu equipo! —el rostro del menor no reflejaba más que enojo—. ¿No se supone que eran amigos?
—Supongo que en estos casos nunca se sabe cómo van a reaccionar —respondió acariciando suavemente el rostro del peliverde, tratando de calmar su ceño.
Tadashi estaba enojado mientras observaba con cuidado el rostro de su novio. Desde el inicio de su relación, Tadashi había notado las pequeñas cicatrices que el mayor tenía en el rostro. Su estómago se revolvía solo de pensar que eran causa de las agresiones. Las marcas solo eran notables cuando estabas lo suficientemente cerca de él.
Yamaguchi Tadashi siempre estaba cerca de Kageyama Katsu.
—Si es por ellos que no quieres ir a Tokio, no deberías preocuparte —comenzó a hablar el menor—. Apenas te vean se van a arrepentir de lo que te hicieron.
Katsu soltó una risa.
—¿Qué vas a hacer? ¿Mirarlos feo hasta que caigan de rodillas arrepentidos?
Yamaguchi puso los ojos en blanco, tratando de alejarse de él mientras fingía estar enojado por sus burlas. El mayor no lo dejó ir, envolviendo con fuerza sus brazos alrededor de él y comenzando a llenar su cara de besos.
—No te preocupes, iré a Tokio solo para ver lo bien que te ves entrenando.
Tadashi acercó su rostro para juntar sus labios en un beso, pero antes de lograrlo, el sonido de notificación que el mayor de los Kageyama tenía asignado para su hermano menor llenó la habitación.
Katsu suspiró irritado mientras revisaba el mensaje.
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oi puedes venir por mi?
o fingir que hay una emerjencia
no puedo seguir rodeado de mandarinas humanas
No
emerjencia Emergencia*
Usted ha silenciado este chat por 8 horas.
Con ese último mensaje, Katsu lanzó lejos su teléfono para volver a acurrucarse contra su novio.
—¿Sucedió algo?
—Nada importante.
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gracias a las 3 personas que leyeron esta historia y perdón por no actualizar la universidad me consume, prometo cambiar 🙏🏼😭 *no vuelve a aparecer*
