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Se había levantado de muy buen humor y nada podría arruinarlo, se despertó con un dulce mensaje de su angel deseándole buenos días, eso era todo lo que necesitaba para empezar con todo su día.

Su tranquilidad era mayor ahora, su hermana sabía de Aziraphale y eso lo hacía sentir mejor, por lo menos dejaría los pretextos estúpidos para no llevarla a casa, o simplemente llevaron a ambos en el auto, ya no importaba.

Estaba preparando su desayuno hasta que recibió una llamada urgente de su hermana, al colgar la llamada no lo pensó dos veces, ni siquiera desayuno, apenas y se cambió la pijama por una ropa más decente, tomo las llaves del auto y salio de su casa corriendo.

Comenzó a preocuparse demasiado, ya había pasado todo el día y Crowley no le contestaba los mensajes, la maestra Nina les había vuelto a dar la clase, no le desagradaría, no lo haria si supiera porque la maestra sustituta estaba ahi y no su amado maestro, pero si me desagradaba ya que no sabia la razon, intento preguntar porque y solo le dijeron que era algo personal del profesor, no había recibido ni un mensaje de Crowley en todo el dia, ni siquiera habia respondido los que el le había enviado.

Saliendo de la clase intento llamarlo, al parecer tenía su teléfono apagado, eso explicaba porque no contestaba los mensajes de Aziraphale, pero solo hacia que se preocupara aún más.

—Aziraphale, ¿estás bien?- se quedó mirando a la nada por un buen rato que no se dejó cuenta de que Gabriel había estado justo a su lado casi todo el tiempo.

—N-No, estoy preocupado por Crowley...-

—Tranquilo, Beelzebub tampoco vino hoy, venía a preguntarte si el profesor Crowley sabía algo, pero tampoco está aquí.- una parte de Aziraphale se alivio, aunque seguía preocupado, por lo menos ahora sabían que podrían estar juntos.

—¿Crees que les pudo pasar algo malo?- sus manos se movían nerviosas en su estómago, hacia tiempo que no hacía eso, no había sentido tanta ansiedad.

—Cierra la boca, esperemos que no.- Gabriel tenía razón, en que cerrará la boca, y en qué no les había pasado nada, solo quedaba esperar, no intento volverlo a llamar o enviarle un mensaje, tal vez estaba ocupado y el no queria molestar.

Ya habían pasado dos días, y ese día esperaba ver a Crowley en su escritorio como habitualmente lo estaba, para su suerte, lo estaba, después de dos días de no saber nada de el, ahí estaba, tan concentrado, tanto que no se dio cuenta de que Aziraphale habia entrado.

Pensó en acercarse pero decidió esperar, la clase transcurrió con normalidad, excepto por el hecho de que Crowley no miro a Aziraphale en toda la clase, entonces Aziraphale se arrepintió de no acercarse a el antes, intento llamar su atención, levantando la mano o asiendo alguna seña discreta, simplemente no lo miro.

Al terminar la clase Aziraphale se quedó hasta el final, de nuevo eran solo ellos dos, pero Crowley parecía no notarlo, no hasta que Aziraphale se paró enfrente del escritorio.

—Hola, ¿cómo estás?, desapareciste por un buen rato.- Aziraphale sonrió al sentir la mirada de Crowley por fin en el.

—Estoy bien...¿era todo? tiene que volver a clases.- volvió a alejar la mirada de Aziraphale, la indiferencia en su voz se sintió como una apuñalada en el corazón.

—Ey, enserio...¿sucede algo?- el dolor que Aziraphale comenzó a sentir, subía de su pecho a su garganta, no había vuelto a insistir con alguna llamada o algun mensaje para no molestarlo, y realmente quería saber algo de el, por qué se fue por tanto tiempo, por que la indiferencia.

—No pasa nada, vuelva a clases- contesto con voz fría y se quedó en silencio mirando sus papeles, la formalidad que habia comenzado a usar no había pasado desapersivido para Aziraphale.

—Crowley...- su voz fue suave y tierna, esperando una respuesta igual.

—...- no obtuvo respuesta.

—¡Crowley!-

—Puede retirarse, Aziraphale.- ni siquiera lo miro, y eso hacia que lo lastimará más.

Jamás se saltaba clases, pero si el profesor Crowley había vuelto, la maestra Beelz también debió de haberlo hecho.

Cuando llego al gimnasio no había nadie, por lo menos no a primera vista, cuando se acerca más a las bancas del gimnasio, puede ver a Beelz en posición fetal abrazando sus piernas y con la cabeza entre las rodillas sin poder ver su cara.

—¿Beelz?- pronunció su nombre de forma tierna,  aún así asustó a Beelzebub, haciendo que levantará la cabeza, sorprendida y alterada se limpio las lágrimas que caían por sus mejillas, tratando de disimular.

—¿Qué haces tu aquí?- aunque intento limpiarse las lágrimas, fue en vano, sus ojos están notablemente hinchados.

—¿Porqué lloras?- rápidamente se sentó a su lado, tomando su rostro con sus manos.

—Yo te hice una pregunta primero.- se alejo bruscamente del toque de Gabriel.

—Vine a verte, me preocupaste.- la expresión de Beelzebub cambio al escuchar su preocupación, solo su hermano, o su...padre, se había preocupado por ella más que nadie.

—¿Por qué?- cuestiono confundida.

—¿Por qué no lo haría?- está vez fue Beelz quien se acercó a Gabriel, dejando que este la abrazara, con tal muestra de afecto, Beelz no pudo evitar comenzar a llorar, Gabriel no  pregunto, solo la dejo llorar en sus brazos mientras dejaba un casto beso en su frente.

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Les prometí un final feliz y se los voy a dar, pero necesitamos drama para eso, no se preocupen por el final que yo también dependo emocionalmente de el 🤗

Mi nombre ya estaba decidido pero usted me puso otro a último minuto, uno que todo mundo pronuncia mal, ¿y así quiere algún regalo? Está mal jefe, pero como soy buena hija, lo invito al cine y usted paga <3

feliz día del padre al mío y a los de ustedes 💗

𝑂𝑙𝑑𝑒𝑟・・𝚊𝚣𝚒𝚛𝚊𝚌𝚛𝚘𝚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora