Una Aventura Mística

Epílogo: Amanecer de Nuestros Sueños

En el lado oriental del mundo, entre las montañas y los árboles, había una pequeña cabaña solitaria, abandonada. Era una vivienda modesta: sin lujos y con poca decoración. Sólo un pozo, un pequeño garaje y espacio suficiente para mantener a una familia de tres.

Aunque ya no lo hacia más.

Si Son Goku hubiera viajado a esa casa, habría sentido un aura desconcertante irradiando desde la residencia. Aunque el césped estaba cortado y las flores parecían cuidadas, algo andaba mal en el lugar. Los pájaros cantaban y los grillos chirriaban, pero ningún sonido surgía de esta ilusión de hogar. Todas las luces estaban apagadas y la casa entera parecía muerta y olvidada, como una lápida sin flores.

Si Son Goku abriera la puerta, un escalofrío mortal pasaría a su lado, deteniendo su progreso con un tic de sorpresa. No se oía el familiar zumbido de los ventiladores ni del aire acondicionado; algunas moscas ya habían empezado a establecerse aquí. Y aunque dondequiera que mirara habría una mesa, una silla o algún otro artículo, todos los toques hogareños: adornos, fotografías y recuerdos habían desaparecido.

Si Son Goku entrara a la cocina, sentiría la misma frialdad que sintió antes intensificarse un paso más. La mesa estaba puesta, pero no había nada para comer. Los cuencos estaban en el armario, pero no en el fregadero. Todas estas pequeñas cosas le gritarían, cosas en las que nunca habrías pensado dos veces, a menos que desaparecieran.

Y si Son Goku mirara el escritorio, encontraría una pequeña nota, el único objeto que quedaba sobre él. Estaba escrito en cursiva clara y pausada, nada especial, pero el hecho de que estuviera allí gritaba con fuerza, porque era la única señal de vida en toda la casa.

Esto estaba esperando, en caso de que Son Goku regresara alguna vez:

Para Goku:

"Si estás leyendo esto te habrás dado cuenta de que ya no vivimos aquí. O al menos sabrás que no hay comida para ti en el frigorífico. Es broma. Sé que no eres tan tonto, pero aun así me hubiera gustado dejarte al menos un emparedado. Pero como no sé cuándo volverás, probablemente esto fue lo mejor. No hay nada peor que la comida podrida.

En primer lugar, sólo me gustaría decirte que no te odio. De hecho, estoy de acuerdo con lo que hiciste y estoy orgullosa de ti por tener el corazón para ser honesto conmigo. Incluso antes del viaje, podía sentir que la brecha entre nosotros se ampliaba y temo que si esto no hubiera sucedido, habríamos tenido un final mucho más trágico que este. Aunque te amo y siempre lo haré, era hora de que nosotros dos siguiéramos adelante.

Gohan y yo nos hemos mudado a Ciudad Satán. Ya sabes, dónde está la escuela secundaria. Hace que sea mucho más conveniente llevar a Gohan a la escuela y, aunque podría volar fácilmente desde aquí, me hace sentir más como una madre llevarlo en auto y charlar sobre los eventos del día. Después de todo, el dulce chico se está tomando muy bien nuestra separación, así que le debo mucho.

No te preocupes por él, está bien. Sé que estaba destrozado al saber que su mamá y su papá ya no estaban juntos, pero está decidido a ser fuerte y no guardar rencor hacia ninguno de sus padres. Viene de tener un corazón puro, como su padre. En realidad, ha hecho un montón de nuevos amigos, como Erasa, Shapner y esa linda chica Videl. (¡Creo que le gusta!)

Creo que ahora todos estamos en un nuevo horizonte y sólo nos queda un futuro mejor que esperar. Que la mejor de las suertes llegue a ti."

Con amor, Chi-Chi

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Al otro lado del mundo, un gran acantilado dominaba el mar infinito. Se alzaba sobre las aguas, lo suficientemente alto como para escapar del embate de las violentas olas, pero no tan alto como para que no se pudieran escuchar desde lo alto. Porque el hombre destrozado que estaba sentado allí podía oírlas muy bien, y eso era bueno. Fue una agradable distracción de sus propios y torturados pensamientos.