I: Por siempre joven
Amy Rose, una chica eriza de dieciséis años, se encontraba en su último año de escuela; ella se hallaba feliz, creía que por culminar la escuela ya era toda una adulta, sin tener en cuenta que la nueva etapa por la que estaba por entrar era todo un reto. Le nacían preguntas sobre qué iba a hacer, ¿trabajar? ¿estudiar? ¿quizá ambas cosas? Había muchas cosas por hablar con sus padres, o quizá sólo necesitaba hablar con una de sus amigas. Lo malo es que ninguna de sus amigas tenían empatía, cuando Amy hablaba con ellas, era como si estuviera hablándole a la pared, y eso le generaba cólera a ella, porque cuando recurren a ella, sí aplica escucha activa. Sólo se tenía a ella misma; y ahí se hallaba Amy, en un rincón de su habitación sentada mirando a través de su ventana cómo llovía, tomando una taza de café pasado mientras que escuchaba una de sus canciones favoritas que se reproducía a través de su tocadiscos.
Su teléfono se encontraba a su lado, sin sonar por alguna notificación, pero aún así cada cierto tiempo lo tomaba para revisar, y lo único que encontraba eran los iconos de las redes sociales vacíos; ella ya se había acostumbrado a aquello, tenía un encabezado mental de que su mayoría de amigos y gente que conocía vivían el momento a través de la pantalla y no sobre la experiencia. De repente, en ese momento le ingresa una llamada el cual era de su amiga Rouge, una chica murciélago de su misma edad, solo mayor por dos meses. La eriza vio su teléfono, y suspiró mientras rodaba los ojos, era una amiga que solo vivía de chismes y amigos; aun así Amy le contestó, pues en el fondo de su mente sabía que necesitaba de algún entorno social para desarrollar su personalidad.
—¿Qué? —respondió Amy tras llevar su teléfono a la oreja.
—¡Ey! No son formas de contestar, ¿sabías? —dijo Rouge con un tono burlón, haciendo reír a Amy un poco.
—En serio, Rouge, ¿qué quieres? —dijo Amy riendo levemente.
—¿Sales a disfrutar de la lluvia? —invitó Rouge a salir.
—No creo, hace frío y... —Hablaba Amy, pero su amiga la interrumpió.
—¡Trae paraguas! Te espero en el parque —dijo Rouge, y colgó.
La eriza se quedó con la palabra en la boca, y echó un suspiro, no le quedó más que ir donde Rouge, después de todo, su hogar estaba en una silenciosa soledad; mamá trabajando en el hospital y papá en el banco. Amy se colocó unas botas rojas de lluvia, y se colocó un abrigo color rosa, después tomó su paraguas y salió de su hogar. Tras cerrar la puerta, miró el cielo, estaba muy nublado, con una temperatura demasiada baja, hacía mucho frío; para muchas personas es un clima perfecto, y Amy también lo ve lindo, pero de cierta extraña forma, lo ve como algo nostálgico, triste, como si hubiera tenido algún recuerdo triste con aquel clima, pero que ella recuerde, jamás tuvo una mal expectativa de un nublado con lluvia, pero aún así se sentía así.
Se dirigió al parque corriendo, ya que ya no quería estar más tiempo sola contemplando de ese clima y menos sintiendo esas emociones. Cuando llegó al parque, se encontró con una murciélago riendo junto a un erizo cobalto de ojos verdes, el cual se le hizo lindo a la eriza; Rouge estaba abrigada con un saco de cuero, y el erizo tenía unos jeans y una polera roja; ambos compartían el mismo paraguas. Ella se acercó a ambos, pero manteniendo contacto visual solo con Rouge. La murciélago sonrió al ver a su amiga, y le presentó al erizo cobalto, el cual parecía ser muy amable ya que recibió a Amy con una buena sonrisa también.
—Hola, ¿qué tal? —saludó Amy con una leve sonrisa, mirando solo a Rouge.
—¡Amy! Te presento a Sonic. Sonic, ella es Amy —dijo Rouge haciendo señales de presentación como broma.
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Recuerdos reprimidos [Shadamy & Sonamy AU]
FanfictionAmy Rose atraviesa una de las etapas más complicadas de la vida, la adultez temprana, junto a Sonic y Shadow, dándose cuenta que tiene recuerdos reprimidos.