29- Infierno

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Pov Chiara.

Llevaba cuatro días sin salir de casa.
Me limitaba a llorar, fumar, dormir
y a veces comía. Uno por uno me
habían preguntado que me pasaba,
que porque no hablaba por el grupo o
no iba a las quedadas. Denna y Rus
dijeron que estaba mala, al igual que
yo, cuando me llamaban uno a uno les repetía lo mismo.

-Tengo un resfriado de la hostia.

Supongo que ninguno se creyó nada.

Rus había venido ayer un rato. Me contó que Violeta parecía otra. Siempre estaba seria, no entraba
en ninguna conversación que el
grupo tenía y de normal se iba antes
a casa que el resto. Le dije que no me
contara nada más, porque no quería
saber nada de ella.

Hoy jueves, habían quedado en ir al bar de la esquina a tomar algo. Ya estaba un poco agobiada de estar en casa así que dije por el grupo que también iría. Denna me preguntó por privado si estaba segura. No lo estaba, pero no podía esconderme para siempre.

Acabé de ducharme y salí de casa.
Rus me esperaba abajo para ir juntas.

- ¿Como estás?- me preguntó al
abrazarme.

- He estado mejor- dije sonriendo de
lado.

- Si en cualquier momento quieres salir de ahí, solo dímelo, ¿vale?- me dijo preocupada.

- Tranquila Rus, creo que podré- intente calmarla.

Asintió no muy segura y nos dirigimos
al bar.

Solo faltábamos nosotras por llegar
así que, ella ya estaba allí. Me propuse
no mirarla. Os lo juro que no queria
hacerlo, pero lo hice. Fue un segundo.
Al abrir la puerta, ella estaba de frente a esta en la mesa.

Solo un segundo me bastó para darme
cuenta del mal aspecto que tenía. Su
mirada estaba apagada, tenía ojeras y
pude ver a la perfección que llevaba
el colgante puesto, por fuera. Ahí me
di cuenta de que mi aspecto no estaría
muy atrás. No me había forzado en
maquillarme para disimularlo. Mi
mano aún seguía mal. Tenía el dorso
morado y los nudillos con costras.

- ¿Pero que ven mis ojos?- gritó Martin al verme-, Lo más bonito de toda Madrid- me puse a reír.

- No será para tanto- le contesté.

- Me decía a mi, tía, no te flipes- dijo
Rus provocándonos la risa a todos.

Nos sentamos en la mesa con el resto.
Violeta estaba a la otra punta de la mesa, pero sentía su mirada fija en mi.

Yo miraba a quien hablaba en cada
momento, aunque no miraba si alguien estaba cerca de ella. Demasiada tentación.

- ¿Otra ronda?- preguntó Juanjo.

- ¿Lo dudas?- dijo Vicky.

Otra ronda llegó y con ella, dos más.
Estaba muy agusto. Necesitaba esto.
Reirme. Porque me reí mucho. Tenía
suerte de tener a personas así en mi
vida.

- ¿Tu vienes?- me preguntó Denna,
sacándome de mis pensamientos.

- ¿Que?- le dije volviendo en sí.

- Que ahora vamos al piso. Que si tú
vienes- me repitió.

Dudé un momento en que decirle.
Pero, ¿por qué no ir? Estando todos no tenia porque estar incomoda por su presencia. Ahora estábamos todos y no lo estaba, así que le contesté.

- Claro- dije tranquila.

Pagamos las cervezas entre todos y
nos dirigimos al piso. Violeta andaba
sola a un lado de la acera, mirando al
suelo y escondiendo media cara en su chaqueta. Hasta que Vicky se acercó a
ella zarandeándola un poco intentando animarla.

PERMANECER // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora