37- Las cosas claras

2.7K 180 16
                                    

Pov Chiara.

Hoy Violeta trabaja. Hemos quedado en ir por la noche al bar. Aprovecharé
para luego hablar con ella. Nada de
más tiempo, nada de más miedos y
nada de seguir sin ella.

- Estoy nerviosa Rus- dije mientras
nos dirigíamos ya al bar.

- Tía tranquila, ahora ya queréis las dos lo mismo. No te agobies más hostia- bufaba ya un poco harta de mis cosas.

No la culpo, yo ya la habría mandado
a la mierda. Bueno no, pero también
estaría harta.

- ¿Ya estáis ahí?- preguntaba Rus por
teléfono a Vicky-, yo se lo digo. Vale. Yo también- colgó y me miró.

- ¿Qué pasa?- le pregunto.

- Pues Vick me ha dicho que hoy Violeta maneja un humor de perros... así que piensa bien que vas a decirle para no cagarla.

Vale. Genial. Más presión. Si es que de
verdad, esto me pasa por gilipollas.

Llegamos al bar y como Vicky había
dicho, Violeta estaba muy seria. Más de lo normal. Vino a tomarnos nota a
Ruslana y a mi, y ni siquiera nos miró. La vista fija en la libreta. Nos trajo lo que pedimos su compañero.

- ¿Y os fuisteis sin más?- preguntó Martin alarmado mirando a Vicky.

- A ver, aqui tu amiga no llevaba un
duro y yo menos- señaló a Bea.

- Me dijiste que íbamos a dar una
vuelta. Yo que sabía que acabaríamos
tomándonos cincuenta cervezas-
replicó Bea.

- Pero con Vick eso se sabe siempre-
Dijo Álvaro.

- Tendrías que verla correr- Se echó
Vicky a reír- Con su metrito sesenta
voló.

- Que venia el hombre ese detrás de
mi por tu culpa- contestó también
riéndose-, no vuelvo a hacer un simpa
en mi vida- sentenció.

Todos se echaron a reír, pero yo tenia
mi vista fija en Violeta. Estaba tan metida en su mundo, que parecía no enterarse de nada. Seria, cabizbaja, centrada en organizar botellines detrás de la barra.

Ni una vez se acercó a nosotros. Y
mucho menos a mi, que ni me miró. Así que decidí ir yo.

Me senté en el taburete de la barra.
Cuando levantó la cabeza y me vió
se quedó quieta mirándome, pero su
expresión seguía seria.

- ¿Podemos hablar luego?- le pregunté.

- No- contestó volviendo a agacharse a
seguir poniendo botellas.

- Solo será un momento- insistí.

- Te he dicho que no- dijo sin
levantarse, con medio cuerpo dentro
de la cámara de bebidas.

- Violeta por favor- supliqué.

- Estoy trabajando. Déjame tranquila-
contestó claramente enfadada yéndose hacia el almacén.

Me cago en mi puta vida.

Volví a la mesa, mucho peor que antes.

"¿Que te ha dicho?"

Me preguntó Rus por mensaje.

"Que no quiere hablar conmigo, que la deje tranquila que está trabajando."
Le conteste.

"¿Y que vas a hacer?"
Me preguntó.

"Ahora nada. Cuando acabe lo volveré
a intentar. No voy a volver a casa hasta no haber hablado con ella."
Contesté segura.

Vi como bufó bloqueando el móvil.

Me da igual que no me lo ponga fácil.
Voy a insistir hasta que ya no pueda
más.

PERMANECER // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora