Capítulo 8

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Ed y yo nos acomodamos en el sofá frente al televisor, manteniendo una distancia prudente entre ambos. No lo conocía mucho, no tenía la confianza suficiente con él como para sentirme totalmente cómoda, pero si había buscado mi ayuda era por que confiaba en mi, y me sentía agradecida por ello. Aún así me sorprendía que Ed Sheeran fuera el tipo de hombre que se emborracha y se va de juerga, ni su música ni su actitud lo demostraban.

Ed comentaba de vez en cuando algo sobre algún actor o lo que sea, de verdad le gustaba esa serie, se veía más animado.
Me quedé dormida en algún momento del segundo capítulo que veíamos.
A mitad de la noche sentí que alguien me abrazaba. En ese momento no recordé que estaba con Ed, mi subconsciente creyó que se trataba de Jake, por lo que recibí el abrazo gustosa y me volví a dormir.

A la mañana siguiente, todavía estaba en el sillón. Intenté ponerme de pie pero algo me detuvo. Unos brazos cubiertos con tatuajes estaban enrollados alrededor de mi cintura. Y había estado apoyada durmiendo sobre el pecho de alguien. Por un momento entré en pánico, hasta que levanté la cabeza y vi una barbilla pelirroja. Ed. Suspiré y me solté de su abrazo. La televisión seguía encendida Ambos nos quedamos dormidos anoche. Me puse de pie y la apagué.

Lo dejé allí durmiendo y fui a darme un baño y preparar desayuno. Los panqueques me parecieron una buena opción.
Hice la mezcla con harina, leche y huevos en un bowl y lo revolví todo junto. Agregué un poco de azúcar y vainilla y comencé a freírlos con una pizca de mantequilla. Adoraba cocinar panqueques. Los hacía dar vueltas en el aire varias veces con el sartén.

Al poco rato apareció Ed, despeinado y con cara de sueño.

-Buenos días-lo saludé.

-Buen día-. Se sentó en la mesita de la cocina y me vio trabajar un rato.

-¿Puedo prepararlos yo?-preguntó.

-¿Sabes hacerlo?

-Querida, tengo un magíster en panqueques-se puso de pie y pidió el sartén. Esparció un cucharón de la mezcla en el sartén con mano experta y se ayudó de una paleta para despegar los bordes, una vez que estuvo cocido. Lo hizo dar una vuelta en el aire para comenzar a cocer el otro lado.

Me miró con cara de satisfacción.

Le sonreí.

-¿Café?

-Si, gracias. Me hace falta.

Se notaba. Tenía ojeras y estaba pálido, a pesar de su aparente buen humor podía notar que estaba triste.

Me di la vuelta para sacar la cafetera y un paquete de granos de café.

Cuando encendí la máquina, sentí que alguien me abrazaba por detrás.

-Muchas gracias por todo-susurró. Le devolví el abrazo con torpeza. No quería admitirlo, pero su cercanía me había puesto nerviosa.

Me soltó cuando escuchamos un zumbido insistente.

-Mi teléfono-dijo-. Mierda, Stuart va a matarme. Ya vuelvo.

Dejó la cocina casi corriendo. Desde donde estaba lo escuchaba hablar, pero no entendía lo que decía. Terminé de cocinar los panqueques y apagué la máquina de café. Mi mente le daba órdenes a mi cuerpo para que se moviera, pero yo me hubiera quedado parada pensando en esos bonitos ojos celeste cielo que tenía Ed, y en lo bien que me había sentido cuando me abrazó.

***
-Stu-contesté el teléfono-. Estoy bien, sigo vivo, no me raptaron los alíens ni un grupo de fans psicópatas.

Tuve que tragarme una larga lista de insultos y amenazas varias antes de que se calmara un poco.

-¿Dónde rayos te metiste? Los chicos dijeron que solo desapareciste, que estabas borracho.

-Por ahí...

-¿Estuviste con una mujer? Por que si así fue, no quiero escándalos de faldas ni...

-No estuve con una mujer, dormí en el sofá de una amiga.

-¿Qué amiga?

-No la conoces.

-Estás mintiendo. Espero que hayas recordado usar condón.

-¡Stuart!-alegué molesto-. Yo no soy así.

-Eso yo no lo sé, aveces creo que no te conozco.

-Stu...

-Te quiero de vuelta en una hora-dijo eso y cortó. Lancé el celular hacia el sillón, frustrado.

Me senté y lo recogí. Me agarré la cabeza y me quedé así por un rato.
Últimamente había estado muy inestable emocionalmente. Irónicamente, había escrito muchas canciones bastante buenas, tenía mucho material para hacer el tercer álbum.

Clary se asomó desde la cocina.
-¿Todo bien?

Sacudí la cabeza. La miré y sonreí.

-No. No importa. Si algo no está bien, es que aún no acaba. Todo estará bien cuando llegue el final.

-Supongo...-me miró confundida, pero sonrió. Agradecía su sonrisa, era sincera, me animaba.

Los problemas se esfumaban cuando estaba con ella. Sentía curiosidad, quería conocerla más, pasar más tiempo con ella. Quería que confiara en mi, como yo confiaba en ella ahora. Unas pocas horas habían bastado para que entrara en mi corazón y se instalara allí.

Volvimos a la cocina y nos sentamos a desayunar. Comencé a contarle anécdotas de la gira, las locuras de las fans, sus regalos.

-Lo que más me impresiona es lo mucho que se emocionan. Ellas sienten las canciones, comprenden la letra.

-Es imposible no conmoverse, tus canciones son magníficas-lo decía como si fuera lo más natural del mundo.

De pronto se me ocurrió una idea.

-¿Alguna vez has ido a un show mio?

-¿En vivo? No.

-Te invito. Ve con alguna amiga, o con quien quieras. Dos entradas en primera fila, el sábado en el teatro Blackbold.

Me miró asombrada.

-No bromeo, le diré a Stuart que te las envíe.

-Muchas gracias, pero no es necesario...- la interrumpí.

-Sí es necesario- quería seguir hablando, pero la lengua se me enredaba. Maldita tartamudez.

-A... A..-tomé aire y comencé de nuevo, me había puesto nervioso-. Es necesario. No lo hago como una obligación, de verdad me gustaría que fueras y te divirtieras. Me agradas mucho, Clary, sería un honor que me consideraras tu amigo.

-Yo podría decir lo mismo-dijo después de un momento. Sonrió-. Gracias, Ed.

-Gracias a ti-miré el reloj-. Tengo que irme, Stuart me va a asesinar sí no llego en 20 minutos.

-Te acompaño abajo-dijo, poniéndose de pie y tomando su chaqueta.

La despidida fue rápida, me hubiera gustado abrazarla otro poco. Subí a un taxi y me fui. A los cinco minutos ya la extrañaba.
Mi celular sonó, un mensaje.

Clary:
«olvidé decirte que deberías peinarte un poco, parece que una gallina intentó hacer un nido en tu cabeza»
Reí en silencio y tanteé mi nuca. Efectivamente, una gallina había pasado por allí.

Ñaaa, capítulo largo. Está bonito uwu sonreía mientras lo escribía. Qué es lindo Ed *-*
¿Qué piensan de Clary?

Photograph- Ed SheeranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora