Neville Longbottom estaba solo, con la cabeza en alto, la boca apretada y lágrimas calientes cayendo de sus ojos oscurecidos. No había llorado del todo desde que se derrumbó frente a las puertas de Hogwarts, la noche de Navidad. Tenía los ojos perpetuamente nublados, pero no había llorado. Ahora estaba solo frente a la tumba de su abuela, tratando desesperadamente de controlar sus emociones y fracasando estrepitosamente.
El funeral había terminado hacía más de una hora y mucha gente le había estrechado la mano para ofrecerle sus condolencias. Quedó completamente asombrado por la participación. Siempre había sabido que su abuela había sido una persona importante en el mundo mágico, pero nunca había sabido exactamente qué tan importante. Para él, ella siempre había sido la abuela. La mujer siempre crítica, autoritaria y aparentemente perpetuamente decepcionada que intentó desesperadamente presionar al joven para que fuera digno de su nombre. Pero ese día, Neville se enteró de que Augusta Longbottom era casi una santa para la mayor parte del mundo. Ella había sido una filántropa incansable, trabajando por el mejoramiento de la clase de magos y luchando constantemente contra los ideales puristas de sangre en el gobierno. Conocer a tantas brujas y magos conocidos que habían venido a dar sus condolencias fue muy revelador.
Estas reuniones le habían hecho enfadarse consigo mismo. Enojado por no haber podido expresarle a su abuela dieciséis años de emociones no resueltas. Enojado porque no le habían informado de sus deberes como jefe de casa. Es triste que nunca pudiera recibir consejos sobre nada de alguien con tantos conocimientos.
"Supieras." Dijo en voz baja, con la voz espesa por el dolor. "Sabías que iba a suceder. Por eso me dijiste esas cosas. Por eso me dijiste que estabas orgulloso de mí, pero eso no era todo lo que querías decir, ¿verdad?"
Neville luchó por mantenerse unido, pero rápidamente estaba perdiendo la batalla. Apretó los puños y comenzó a golpearse las piernas, tratando de mantener el control.
"¿Qué hago? ¿A dónde voy? No estoy preparada para esto, abuela". Dijo entre lágrimas. "No estoy listo para convertirme en el cabeza de familia. No puedo hacer esto solo. No tengo idea de qué se supone que debo hacer con respecto a nada".
"Entonces te ayudaré a resolverlo". Llegó una voz suave y segura. Neville se giró para ver a Tracey parada allí. Su abrigo estaba bien abrochado para protegerse del frío y su cabello rubio oscuro estaba recogido en una simple cola de caballo. Tenía los ojos rojos e hinchados como si hubiera estado llorando. Neville y Tracey no se habían visto mucho desde Navidad. Tracey había sido llevada a ver a su familia que acababa de escapar de un ataque de los mortífagos. La familia Davis ahora estaba escondida a salvo en Australia. Habían intentado desesperadamente convencer a Tracey para que se uniera a ellos. Tracey había estado tentada, pero su amor por Neville y su lealtad hacia sus amigos habían dejado clara su decisión desde el principio.
"No voy a dejar que enfrentes esto solo. Desde que regresé de ver a mi familia, has intentado alejarme y entiendo que estás sufriendo. Pero estoy aquí para ti, y No voy a dejar que enfrentes todo esto por tu cuenta".
"Lo lamento." -susurró Neville. Tracey se adelantó y deslizó su suave mano en la de él. Ni siquiera podía mirarla. Estaba avergonzado de cómo había actuado aquí durante las últimas dos semanas. Le había gritado y dicho cosas sólo para hacerla enojar. Tampoco era sólo ella. Neville había atacado a cualquiera que hubiera intentado hablar con él.
"Sé que esto es difícil y sé que duele. Pero nunca tienes que afrontar nada solo". Tracey sonrió suavemente. Le levantó la barbilla con la mano para que pudiera mirarla a los ojos. "Te amo."
ESTÁS LEYENDO
El Amigo Secreto de Harry
FanfictionNota: Está obra presentada no es de mi propiedad ni de mi creación solo traduzco para leer con mayor comodidad créditos a sus respectivo autor: James Spookie Resúmen: No todo el mundo odia a Harry. Algunos simplemente tienen demasiado miedo de lo qu...